Día Mundial del Agua
El 22 de marzo fue declarado como Día Mundial del Agua, y a dos días de esa fecha, la falta de precipitación en las regiones centro-norte ha puesto en evidencia uno de los peores eventos de sequía de los últimos 100 años en el país, por lo que se ha vuelto recurrente declarar estado de emergencia por ausencia de agua o un estado de alerta por incendio; y a pesar de que se puede asociar este fenómeno a un problema cíclico natural, cada vez se presentan más evidencias que apuntan a un efecto causado por un desequilibrio ecológico, como resultado de la actividad humana, carente de una visión de sustentabilidad del Ecosistema.
En el año 2007 la ONU creó la Convención de Lucha contra la Desertificación (CLD), por ser uno de los problemas más graves para la sociedad actual, ya que aumenta los índices de pobreza y migración forzada, además de generar índices económicos negativos. Chile se adscribió a esta convención y se comprometió a cumplir, entre el 2008-2018, con los objetivos estratégicos propuestos, asociados a lograr una ordenación sostenible de la tierra para mejorar las condiciones de los ecosistemas alterados, procurando su conservación y uso sostenible de la biodiversidad, además de propender, mediante la excelencia académica y tecnológica, a aumentar las reservas de carbono en las zonas afectadas.
Nada de esto puede lograrse, de acuerdo a la ONU, sin una verdadera voluntad política, y la sensibilización del público en general. Los desastres ecológicos en áreas rurales y urbanas presenciados en los últimos meses, asociados a condiciones de sequía extrema en zonas de monocultivo y/o quebradas (convertidas en botaderos de basura), además de los aluviones por niveles de precipitación y rangos de temperatura que exceden los promedios históricos, delatan la alteración del ciclo hidrobiológico en el país, lo que exige tomar medidas urgentes de mitigación, con cambios en la visión y comportamiento que tiene el ser humano sobre un recurso que hasta hace muy poco se consideraba ilimitado, pero que bien sabemos ya no lo es: el agua.