Todos tenemos un color que nos identifica, hoy ese color es AZUL, nos acerca a la realidad que viven las personas con autismo, calmo y profundo como el mar o inquieto e intenso como una tempestad.

Hace un tiempo el autismo es tema de conversación en nuestra sociedad, colegio, trabajo, televisión y hogar, la razón es que la prevalencia ha aumentado de forma significativa en el mundo y nuestro país no es ajeno.

Según la OMS se calcula que 1 de cada 160 niños en el mundo tiene TEA, pero esto es variable según los estudios y recursos de cada país, a menor ingresos o medios, la prevalencia del autismo es desconocida.

Es por esto que se hace muy necesario que podamos conocer y derribar barreras existentes, centrarnos en la persona y sus capacidades, fortalecer, acompañar y generar instancias de participación real en la sociedad, ser empáticos frente a la adversidad que presentan las personas con una condición del espectro autista, abordando adecuadamente sus necesidades.

Por este motivo desde hace algunos años se celebra cada 18 de junio “El día del orgullo autista”, esto con la finalidad de visibilizar la neurodiversidad del espectro autista y por supuesto concientizar sobre todas las formas de inclusión.