¿Cómo afrontar el duelo de una mascota?

Una mascota más que un animal bajo nuestro cuidado es un miembro activo de la familia, obtiene su rol y lugar especial debido a los vínculos que va creando a medida que va creciendo. Una de las experiencias más difíciles por las que transitaremos, es sin duda, la muerte de nuestros familiares, amigos, seres queridos y también de nuestras mascotas.

Es natural sentirse devastado por sentimientos de dolor y tristeza cuando fallece una de nuestras mascotas.

El duelo es un proceso normal que atraviesan todas las personas en algún momento de sus vidas y es por esto, por lo que se debe respetar la forma en que lo afronta cada persona ya que es un proceso único.

El duelo puede definirse como un proceso natural y de adaptación emocional que sigue a una pérdida de un ser querido, característicamente con consciencia de pérdida y sentimientos de vacío.

Es una experiencia de fragmentación de la identidad, producida por la ruptura de un vínculo afectivo: una vivencia multidimensional que afecta no sólo a nuestro cuerpo físico y a nuestras emociones, sino también a nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos, a nuestras cogniciones, creencias y presuposiciones y a nuestro mundo interno existencial.

Se identifican cinco etapas que cada duelo llega a tener, partiendo de las emociones ligadas al dolor intenso hasta la aceptación de la pérdida, entre las cuales presentan, la negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

Es importante poder empatizar con los tutores que han perdido una mascota y disponer de un círculo de apoyo intimo o incluso profesional que ayuden a superar cada una de estas etapas.

Se considerar como parte del proceso de duelo una serie de tareas que debe asumir el tutor entre las cuales se destacan: aceptar la realidad de la pérdida; trabajar las emociones y el dolor de la pérdida; adaptarse a un entorno en el que el fallecido ya no está; recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo.

Si pensamos un momento, cuál sería el mensaje que nuestras mascotas al vernos sufrir por su partida nos podrían decir, seria quizás algo así: “Sé que te entristece mi partida, pero me tenía que ir ya, quiero pedirte que no te culpes por nada, te escuché sollozar que tendrías que haber hecho algo más por mí, no digas eso, hiciste mucho, sin ti no hubiese conocido todo lo lindo que hoy me llevo conmigo”.