Actividad Física y deporte en edad escolar

La relevancia y la presencia de la actividad física y el deporte en la vida de la población en edad escolar es, actualmente, uno de los fenómenos culturales más destacables.

Numerosos estudios, así como organismos internacionales vinculados con la salud y el desarrollo de la infancia y la juventud, certifican que la práctica regular de deporte o actividades físicas comporta beneficios que contribuyen al bienestar de las personas en los ámbitos físico, psíquico y social.

La mejora de las habilidades motrices y de las capacidades condicionales ayudan a:

  • La reducción de los factores de riesgo o el control de determinadas enfermedades tanto físicas (asma, obesidad, cardiopatías, diabetes) como psíquicas (depresión, ansiedad, estrés).
  • La adquisición de hábitos saludables (higiénicos, alimentarios).
  • La integración y la cohesión social (fomenta un modelo inclusivo de convivencia en la diversidad, de respeto a la diferencia).

También en la formación en valores como la:

  • Solidaridad
  • Tolerancia
  • Disciplina
  • Confianza en uno mismo
  • Superación personal
  • Esfuerzo
  • Gratitud
  • Honestidad

Son aspectos que a partir de la práctica de actividad física contribuyen a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y ciudadanas.

Por todas estas razones, se considera de máxima importancia que toda la población pueda acceder a una práctica físico deportiva y, muy especialmente, se tiene la voluntad de que los niños y niñas disfruten de buenas experiencias relacionadas con la actividad física y el deporte, ya que, como señalan diversos estudios, de esta forma se potenciará la adherencia a la práctica deportiva al largo de toda su vida (p.e Telama, Yang, Laakso & Viikari, 19977; Telama, Yang, Viikari, Välimäki, Wanne, Raitakari, 20058).

Los cambios sociales y culturales, los hábitos familiares, la existencia de diversas posibilidades en cuanto a recursos y equipamientos, entre otros factores, originan que las experiencias relacionadas con la actividad física y el deporte se produzcan tanto en ámbitos de actividad física organizada como no organizada. Ambos ámbitos de actuación constituyen centros de atención para el fomento de un estilo de vida activo y, en consecuencia, se deben procurar los medios para que ambos tipos de práctica se adecuen a criterios de calidad y se hagan visibles en los estudios encaminados a conocer las pautas de comportamiento de la población escolar.

Dadas las múltiples nomenclaturas y la proliferación de intentos de clasificar o diferenciar el deporte y la actividad física en la edad escolar, se ha optado por un Concepto Inclusivo buscando un denominador común a todas aquellas prácticas de actividad física y deportivas que realizan los niños, niñas y jóvenes, respetando la diversidad de orientaciones, formaciones , prácticas y organizaciones, pero intentando darles a todas ellas una estructura de referencia y unos objetivos compartidos, en definitiva, un marco común, el que podría centrarse en la “Masividad màs que en la Selectividad ”, un Plan Integral de Promoción del Deporte y la Actividad Física , con la anuencia de los Ministerios de Educación , Salud Pública y por supuesto el recién creado Ministerio del Deporte .

Se considera actividad física y deporte en edad escolar aquella práctica deportiva realizada por niños y niñas y por los y las jóvenes que están edad escolar, formándose en las diferentes etapas del actual sistema educativo: infantil, primaria, tanto dentro como fuera de los Centros o Instituciones Escolares, dentro o una vez finalizado el horario lectivo.

Se podría apostar de esta forma, por un “Sistema Integrador “, en el cual tienen cabida las diferentes modalidades que coexisten en estos momentos, es decir, la actividad física y el deporte escolar que tiene lugar en los Centros Docentes, el deporte ofrecido desde los clubes y entidades deportivas y otras actividades físico deportivas que forman parte de los programas de diferentes entidades y asociaciones del tejido social.

En este sentido, los proyectos deportivos que se ofrezcan en el marco de la actividad física y el deporte en edad escolar, deberán recoger las siguientes intencionalidades:

  • Ofrecer una actividad física y deportiva inclusiva que alcance los mínimos de práctica recomendados por instituciones y estudios de referencia en el ámbito de la salud para niños/as y adolescentes.
  • Complementar, a través de la actividad física y deportiva, la labor formativa desarrollada en los centros educativos, especialmente en lo referente a los valores y los hábitos saludables.
  • Adaptar la práctica de la actividad física y del deporte, especialmente la “Competición”, a las finalidades y necesidades de cada etapa educativa.

En el ámbito educativo, los currículos de Educación Básica y Media tratan de responder a las nuevas necesidades sociales y personales. No obstante, es necesario que los marcos normativos, tanto de ámbito estatal como autonómico, permitan, por un lado, la imprescindible adecuación a los cambios sociales y de condiciones de vida de las personas, y, por otro, que los centros educativos en el ámbito de la autonomía que les reconoce la legislación puedan completar la elaboración curricular en función de las específicas características del entorno social y cultural en el que se ubica.

El relevante papel que debe jugar la Educación Física en la formación de la población escolar, tanto en lo referente a conocimientos y habilidades como a las actitudes, hábitos y valores, ha sido, de nuevo, puesto de manifiesto en organismos y asociaciones científicas internacionales (p.e. European Parliament, 2007; International Working Group on Women and Sport, 2006) ante el riesgo de una involución respecto de los progresos experimentados en la década final del siglo XX.

Sin duda, ambos aspectos, la reducción horaria y la deficiente formación de los futuros docentes que impartirán la Educación Física en la Educación Básica, constituyen factores potencialmente adversos para el desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes entre los niños y niñas que, sin duda, incidirán de manera negativa en las pautas de actividad físico-deportiva y en la adopción de estilos de vida activos y saludables.

Mientras, los índices de obesidad y sobrepeso infantil crecen de forma alarmante, los hábitos de ocio vinculados a los videojuegos y a las actividades sedentarias cada vez son más frecuentes entre los y las jóvenes, tanto niños como niñas, presentan índices de práctica de actividad física y deportiva muy bajos… Todo ello nos dibuja un panorama, en el cual y más que nunca, es necesario trabajar el cuerpo y el movimiento desde el sistema educativo, espacio privilegiado para la consolidación de hábitos saludables.

Siguiendo algunas iniciativas europeas, como se señala desde el Parlamento Europeo (2007) se ha de trabajar para conseguir, al menos, las “3 horas de Educación Física a la Semana” en toda la educación obligatoria y en función del estudio de las tendencias que se observen abogar por las 5 horas a la semana.

Asimismo, es necesario que la Educación Física constituya una asignatura con presencia en toda la etapa pre , obligatoria , y post, por el papel relevante que debe jugar en un grupo de edad en el que produce una elevada prevalencia de abandono de la práctica de actividad física y deporte y, al mismo tiempo, por la necesaria continuidad con la etapa adulta y la práctica físico-deportiva en otros ámbitos de formación (universidad, formación profesional, enseñanzas especializadas,…) o laborales.

Este tipo de medidas, junto con la mejora de la calidad de la formación, constituyen una necesidad básica y un requisito fundamental para el éxito de cualquier Plan de Promoción de la actividad física y el deporte en la edad escolar y en la edad adulta.