4 de septiembre; tan lejos, tan cerca
Sin duda que el proceso llevado adelante por la Convención Constitucional (CC) en nuestro país ha tenido de todo. Como expresión de ejercicio democrático sí, es innegable que ella es la legítima expresión de la democracia, dado que su inicio y posterior trabajo han sido fruto de una elección donde los chilenos y chilenas en su momento votamos rechazo o apruebo, ganando como sabemos esta segunda opción. Pese a ello, no ha sido nada de fácil el despliegue y desarrollo de su trabajo.
Peor aún, diría yo, esta instancia ha venido a intensificar las divisiones y peleas entre los chilenos, con miradas y visiones dicotómicas, donde dependiendo del lado de la vereda en que me encuentre, algunos son los malos y otros los buenos. Se han exacerbado las divisiones y la polarización abunda y está a la orden del día.
La encuesta Plaza Pública – Cadem del 29 de abril pasado, arrojó que el 46% de los votantes rechazaría el texto que propongan los convencionales en contraposición a un 36% que estaría de acuerdo con aprobarla, así mismo desde la perspectiva de la confianza también los resultados nos indican que un 56% de las personas le tiene ‘poco o nada de confianza’ a la CC.
Este escenario no le hace bien al trabajo de los constituyentes y tampoco a Chile. Hemos tenido que verlos -quizás- en la mayoría de las ocasiones más bien entregando explicaciones que difundiendo el arduo trabajo realizado. Muchos juzgan y se increpan furiosamente, las odiosidades desbordan las redes sociales y ya hay grupos organizados que marchan en días fijos defendiendo o atacando, donde la violencia a la vez ha empañado con hechos de sangre estas manifestaciones.
Ya hemos conocido bastante de la calidad del trabajo que están realizando los convencionales y es muy importante informarse de ello, para que desde ahora mismo ir tomando una posición. Pero será el domingo 4 de septiembre de 2022, cuando se realice el ‘Plebiscito Constitucional de Salida’, la instancia en la que los ciudadanos a través de las urnas deberemos hablar y con fuerza. Serán las urnas, donde cada uno deberá enfrentarse a una papeleta para votar Apruebo o Rechazo al texto constitucional propuesto por la CC.
Por eso partir invitando tan luego, pero tan cerca de la fecha, a asistir y votar en dicha instancia, es quizás el llamado más importante. Está muy bien discutir y debatir con la fuerza de las ideas y los argumentos, jamás con violencia ni odio, pero debe ser en las urnas donde se oiga nuestra voz como Chile democrático, con gran fuerza y ojalá una participación ciudadana que nos permita entender que su resultado será tan legítimo como representativo de la ciudadanía.
En esta ocasión, además, el voto obligatorio podría darnos al respecto esperanzas. El ‘temple’ que resulte de este proceso nos acompañara para siempre, ese día de septiembre vamos a fraguar la próxima historia que queremos seguir escribiendo, con su voto y un lápiz podremos decidir cómo serán sus próximas líneas.