El miedo como experiencia vicaria
La Encuesta Nacional del Termómetro de la Salud Mental en Chile, ACHS-UC, en mayo 2023 señala como el principal estresor el ser víctima de delincuencia, presente en el 67,1% de los encuestados, cifra que se mantiene como la más alta desde el 2021. Por otro lado, el riesgo de contagio como estresor bajó de 61,8% en 2021 a 15,7% en 2023.
Esta parte de la encuesta nos habla de los miedos más significativos de la ciudadanía donde aparecen también las proyecciones económicas, los cambios sociopolíticos y la pérdida de empleo. Todas ellas son preocupaciones esenciales porque aluden a necesidades básicas de las personas, relacionadas con sobrevivencia, sustento y seguridad. Sin resguardar estas necesidades, es difícil escalar a necesidades más complejas, como la pertenencia, la estima y la realización personal.
Desde la psicología, el porcentaje tan alto de inseguridad frente a la delincuencia se puede explicar a partir del aprendizaje vicario, que significa que no es necesario vivir personalmente ciertas experiencias para experimentar emociones, en este caso temor, sino que es suficiente con percibir su acontecer en otras personas. Hoy en día esta experiencia vicaria se magnifica: si antes eran los noticieros formales o los conocidos quienes nos transmitían vivencias, ahora estamos inundados con las redes sociales y los reporteros ciudadanos.
¿Por qué el tema de la seguridad es tan sensible? Porque nos conecta con los miedos más profundos del ser humano: Miedo a perder el control de la situación y de sí mismo, miedo a enfrentar lo desconocido y miedo a la pérdida y la muerte.
¿Y cómo disminuir la intensidad de la emoción? Así como el cambio de contexto pospandémico (disminución de muertes y gravedad de síntomas, fin del confinamiento, desuso de mascarillas) nos permitió bajar el temor al contagio casi 50 puntos porcentuales, también nosotros podemos generar cambios en nuestros contextos para aliviar emociones negativas.
Buscar información acerca de iniciativas y noticias positivas; conocer nuestros sitios seguros, allí donde nos sentimos protegidos, cómodos ya salvo; expandir nuestras redes de protección con amistades, vecinos, instituciones, etcétera. Este último punto es muy importante si consideramos que otro apartado de la encuesta de salud mental (que comentaremos más adelante) señala el aumento en la percepción de soledad de las personas.