Iniciativa es impulsada por la Coordinadora del Área Ciencias Social, María Concepción Albornoz y pretende crear huertos caseros, recetarios saludables y todo un manejo sustentable.

La sede Talca se adjudicó tres proyectos del Fondo de Innovación Social de Santo Tomás, uno de ellos, denominado “Sembrando Vida” y que lidera la Coordinadora del Área Ciencias Sociales del Instituto Profesional y Centro de Formación Técnica, María Concepción Albornoz en el marco del foco estratégico institucional de Conexión e Impacto en la Comunidad.

Según explicó la docente, este es un “proyecto que busca brindar asesorías técnicas para la implementación y manejo cultural de huertos caseros, la creación de un recetario de comida saludable, utilizando como insumos los productos cosechados, así como la posibilidad de acceder a herramientas de asociación para una eventual venta o intercambio de productos a la comunidad que permita tener incidencia de sustentabilidad y sostenibilidad” para los adultos mayores.

En esta iniciativa además contará con el apoyo del docente Iván López del Área Recursos Naturales y un grupo de estudiantes de ambas áreas, ya que emergen como el resultado de un trabajo conjunto donde de igual forma participó la carrera de Gastronomía con el fin de permitir que las personas mayores se incorporen progresivamente a nuevas actividades dentro de sus rutinas habituales.

“La relevancia del proyecto emerge desde un trabajo colaborativo, considerando la experiencia previa de los adultos mayores y la experiencia que pueda aportar el equipo a cargo de la gestión del proyecto; esto quiere decir que en primera instancia cada persona es capacitada técnicamente fortaleciendo sus capacidades y/o habilidades, lo que le permitirá hacerse cargo de las labores de mantención del huerto casero y actuar como monitor para guiar a otras personas en el proceso. De esta manera, cada usuario tendrá la autonomía para hacerse responsable de su huerto, a diferencia de otras iniciativas donde el usuario depende enteramente de los asesores. Además, una vez obtenidos los productos, se proporciona la alternativa de asociarse con otros usuarios del proyecto, con el fin de participar en ferias hortícolas para exponer y comercializar sus productos”, explicó.

De esta forma, al revés de otros proyectos comunitarios, existe la posibilidad que el proyecto continúe una vez finalizado en su aspecto formal, a lo que se suma un elemento que contribuye a la innovación, como es la metodología de intervención de carácter interdisciplinario, donde el foco del proceso y producto final considerará las experiencias de los adultos mayores, el fortalecimiento de sus habilidades en el trabajo de implementación y mantención del huerto y la creación de un recetario donde se potencie el sentido de pertenencia a su trabajo individual y colaborativo desde la asesoría y monitoreo del equipo profesional.

Respecto a la ejecución, María Concepción Albornoz indicó que las actividades se organizan de acuerdo a fases con tareas específicas entre las que se incluye el diagnóstico que pretende reconocer y seleccionar a los participantes que cumplan con los requisitos y entregando la inducción inicial del proceso. Esto debería extenderse aproximadamente durante un mes.

En la fase 2 denominada pre ejecución, se realizará un encuentro de inducción para dar a conocer a los participantes las etapas, plazos y encargados de cada una de las actividades, a la vez que podrán conocer el lugar donde se implementará el huerto en el domicilio de cada uno de ellos. En esta etapa estarán acompañados por el Ingeniero Agrónomo y Trabajador Social a cargo, más los estudiantes, quienes harán el diseño acondicionado a las necesidades de cada uno de los adultos mayores.

La tercera fase incluirá la compra de materiales para construir los huertos en cada domicilio de las personas mayores participantes, la adquisición de semillas según la temporalidad de los productos y lo que requiera la persona para su alimentación. En esta etapa serán capacitados respecto al calendario de siembra de cultivos hortícolas de temporada, en manejo cultural de cultivos que incluye preparación de suelos, fertilización, siembra, riego y otros manejos específicos.

Todos los procesos antes mencionados contarán con supervisión permanente del equipo del Área de Recursos Naturales y Ciencias Sociales del Instituto Profesional y Centro de Formación Técnica Santo Tomás Talca, para posteriormente elaborar un recetario entre las personas mayores y el equipo del Área de Gastronomía, que considerará como base la experiencia personal de los adultos mayores a partir de los productos cosechados en cada uno de los huertos caseros.

“Los resultados que esperamos lograr en el plazo de 12 meses, son que el 100% de los adultos mayores beneficiarios cuente con la instalación del huerto en su domicilio particular, que el 100% de ellos tenga un huerto organizado, con una infraestructura que conservará y podrá continuar manteniendo una vez finalizado el proyecto; que el 100% de los adultos mayores al ser capacitado técnicamente, pueda actuar como monitor para guiar a otros adultos mayores; que todos los adultos mayores reciban el KIT de Siembra que permitirá manejar culturalmente su huerto; que  el 100% de los adultos mayores disponga de los productos cosechados para comenzar a elaborar el recetario de comida saludable; y  que todos los participantes tengan a su disposición el recetario elaborado”, puntualizó la líder del proyecto.

Finalmente insistieron en que se trata de una idea innovadora que será posible mantener en el tiempo, debido a que su base fundamental es que las personas mayores adquieran competencias en el manejo cultural de los huertos, donde recibirán los insumos necesarios para poner en práctica lo aprendido y posteriormente, proseguir el proyecto de forma individual haciendo uso libre de los productos cosechados, es decir, intercambio, venta o consumo personal.