Travesía en primera persona: Estudiantes de Turismo Aventura alcanzan la cumbre del Cerro el Plomo

El jefe de carrera de Turismo Aventura del CFT, Rodrigo Olate, narra los momentos en que él y un grupo de estudiantes de II año llegan a la cumbre del Cerro el Plomo, ubicado a 5420 metros sobre el nivel del mar.

A principios de marzo de 2019, nuestro equipo docente de la carrera de Turismo Aventura del CFT Sede Santiago Centro, les hizo la siguiente propuesta a aquellos y aquellas estudiantes que estaban cursando 2° año: nuestra expedición de fin de semestre sería el ascenso al Cerro El Plomo, a 5420 metros sobre el nivel del mar. La travesía estaría organizada en dos grupos de 15 estudiantes acompañados por 4 profesores especialistas. El equipo de alumnos y alumnas debería organizar y preparar toda la compleja logística de esta experiencia. Las fechas fueron el 4 y 11 de diciembre, respectivamente.

Esta gran montaña es un hito en los andes centrales, sobre todo tratándose de un Apu Tutelar el cual por definición es una montaña protectora de todos los habitantes de esta zona central de la región. El desafío no era fácil: trasladar una gran cantidad de equipamiento, comida y equipo personal hasta el campo base demoraba unas 6 horas, desde el centro de esquí La Parva, lugar hasta donde llegan los traslados.  Para apoyarnos, conformamos un grupo de estudiantes de 1° año, quienes se desempeñaron como “porteadores” y que sin ellos habría sido imposible llegar en buenas condiciones al campo base. ¡Gracias, chicos!

Luego de un día de aclimatación en el campo base, con algo de dolor de cabeza, pero muy motivados, continuamos el ascenso hasta el campo 1 de altitud, llamado Federación, ubicado a 4000 metros aproximadamente, que sería, en definitiva, el lugar desde donde realizaríamos el “ataque” a la cumbre.

El día llegó. Nos levantamos a las 3 de la mañana e iniciamos la caminata una hora después. Nuestros termómetros indicaban 6 grados bajo cero. El frío se sentía, pero la motivación y nuestra preparación siempre pudo más. El grupo fue compacto con un solo objetivo: ¡la cumbre! Luego de seis horas de caminata continua la cumbre se acercaba, nuestros pasos eran cada vez más lentos, pero sin vacilaciones. ¡Ahí está la cumbre!

Somos un solo grupo: todos en lo más alto y el llanto también uno solo. ¡Hemos cumplido con nuestro sueño! Hemos demostrado que, con una preparación adecuada, objetivos claros, y con la pasión por lo que hacemos, se hace realidad esta quimera, la que ya se transforma en una realidad tangible. La cumbre.