Noticia anterior
En la UST Valdivia se realizó Capacitación sobre Instrumento del LenguajeTomás Olivera en “Sabores Maestros”: “Yo soy cocinero, no soy un rostro de televisión”
En el evento organizado por Santo Tomás Viña del Mar, el chef porteño asesor del programa televisivo “MasterChef” recibió un reconocimiento por su aporte a la difusión internacional de la gastronomía chilena.
Aunque le carga la palabra “rockstar” para referirse a los chefs que han alcanzado cierto reconocimiento mediático, lo que vivió Tomás Olivera en “Sabores Maestros” lo acerca mucho a ese concepto: fue el más aplaudido, el más requerido por el público, el que tuvo que firmar más autógrafos y el que tuvo que posar para más selfies. Eso, sin olvidar que además en la ceremonia de inauguración recibió un homenaje por su contribución a la difusión internacional de la cocina chilena.
Un premio más en la larga lista de distinciones que acumula en sus más de 20 años de carrera, pero que él recibió con genuina emoción. “Disculpen si estoy hablando muchas tonteras, pero eso me pasa cuando me emociono”, dijo ante los cientos de personas que escucharon su clase magistral en la cuarta edición del evento gastronómico organizado por Santo Tomás Viña del Mar.
Ya con más calma, se dio tiempo para hablar de su carrera, que abarca mucho más que su participación como asesor en el programa “MasterChef”, ya que además ha incursionado en programas de TV Cable y es autor de dos libros, sin olvidar los innumerables premios que avalan su calidad en la cocina.
Los consejos y experiencia de Tomás Olivera
- En tu charla te pidieron muchos datos y consejos sobre cómo iniciarse en la gastronomía. ¿Siempre te ocurre eso?
“Sí. Yo creo que tiene que ver con la actitud, yo les hablo de tú a tú, les doy a entender que soy un cocinero igual que ellos. Quizás llevo más años y la única gracia que tengo es que me he quemado y me he cortado más veces, por ende, sé cuáles son los errores y quizás te puedo decir cuál es el camino a seguir para no tropezarte tanto. Yo creo que eso se entiende, por eso entran en confianza de a poco, primero no se atreven a preguntar y después no paran”.
“A mí me gusta provocar, pero en el buen sentido, provoco que quieras preguntar. Puedes opinar diferente a mí, preguntarme por los sueldos, por mi barba, por lo que sea, porque es la única manera que los jóvenes conozcan el mundo al que se van a ver enfrentados. Hay mucho de fantasía, mucho de estas figuras como de rockstar y la realidad no es tan así. Es como todas las carreras, te tenís que sacar la cresta para llegar, sacar la cresta para mantenerte, es un pedalear constante. O es como el cisne, que se ve muy bonito de acá para arriba, pero para abajo está como loco pataleando porque si no patalea, se hunde”.
- Muchos te preguntaban sobre tu carrera, casi como queriendo repetirla paso a paso. En ese sentido, ¿hay algo que hoy crees que no deberías haber hecho?
“No creo que haría algo diferente, quizás aprovecharía más mi época de estudio, ahí no hice cosas que me hubiesen favorecido mucho en el futuro. Después te das cuenta que los estudios son fundamentales, aunque no son lo único, porque como dijo el rector en su discurso, nuestra pega es de oficio, te vas haciendo en el fuego, en los sartenes, en el día a día, cuando te quemas, cuando te cortas, cuando te retan y también cuando te felicitan, pero siempre en el día a día”.
MasterChef, el ego y la televisión
- Hablabas recién de los rockstars en la gastronomía. ¿Cómo lo haces tú para manejar el ego?
“Simple: yo soy cocinero, no soy rostro de televisión. De hecho, recién me preguntaban por mis planes y la verdad es que quiero volver a la cocina, pero a cocinar, a hacer lo que me gusta. Y estoy más cerca de hacer una picá que de hacer un restaurant pomposo. Eso ya lo hice y ya no me interesa. Quizás ese restaurant pomposo te va a llevar a los premios, a los reconocimientos, pero eso para mí ya fue. Es súper valido que alguien lo quiera conseguir, pero yo estoy hablando de lo que yo quiero hacer y no va por ahí”.
“Además, la televisión para mí fue instrumento para poder transmitir un mensaje. Para mí y para todo el equipo el gran valor de ‘MasterChef’ es que devolvimos la comida chilena a la mesa, pero como tema de conversación. La gente habla de cazuela, de charquicán, opina si está bien o mal preparado, se genera una discusión y eso hace que la cosa se mantenga viva. Siento que ese es el gran valor y por eso participé y me gustó. Aparecer en pantalla fue una cosa anecdótica, yo ahí era el reemplazo, entraba cuando alguno de los chiquillos se enfermaba”.
- Por último, ¿siempre te toca tomarte tantas fotografías y firmar tantos autógrafos cuando das una charla?
“Lo de las fotos se entiende por el tema mediático, pero la verdad es que a mí me gusta la foto post-charla porque significa que hubo una conexión mayor. Si me la piden antes de la charla es porque me vieron en algún lado, pero si la piden después es porque algo les quedó, porque quieren que les cuente algo más o porque tienen una pregunta. Para mí habría sido súper fácil hacer dos platos, recibir el reconocimiento e irme, pero trato de dejar un mensaje, de explicar que esto no es puro glamour, que hay que sacarse la cresta. Es la realidad, no les puedes decir otra cosa”.
Noticia siguiente
Violencia escolar, una problemática que va más allá de las aulas