En enero los amores de verano se encuentran en cada esquina, pero como las vacaciones están llegando a su fin, no son pocos los juramentos eternos que terminan convirtiéndose rápidamente en un recuerdo.

Con mucho tiempo libre para disfrutar del sol, la playa y las juntas entre amigos, es normal que los meses de enero y febrero se vuelvan ideales para dejarse llevar y vivir por primera vez el denominado «amor de verano», esa relación corta e intensa que enamora, pero que cuando la vida vuelve a su normalidad, y cada uno regresa a su ciudad, estudios o trabajo, este “idilio” pasa a categoría de recuerdo y nos rompe el corazón.

Para Rodolfo Alvarez, director de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás Concepción, el verano genera condiciones ideales para conocer a otras personas, ya que los jóvenes se “muestran” frente a quienes les atraen de una manera distinta y sin mayor expectativa en el futuro. Sin embargo, a pesar de los buenos recuerdos que un amor de verano puede generar en algunas personas, Jade Ortiz, Coordinadora Nacional del Área Clínica de la Escuela de Psicología de la UST, comenta que existen otras a quienes estas experiencias impactan de forma negativa, pues no logran superar la ruptura

Algunas encuentran el amor de su vida, otras aprovechan este espacio para coquetear mucho, y otras inician una relación para luego separarse. En este último caso es posible que realicen intentos por continuar, los que en la mayoría de las veces queda solo en buenas intenciones, o en una especie de desmotivación en la medida que la rutina nos envuelve”, comenta Jade Ortiz.

¿Cómo superar un amor de verano?

Por eso, para no empezar el año deprimido por una relación que no funcionó, los expertos entregan las siguientes recomendaciones para superar un amor de verano:

1- Si febrero terminó y la otra persona ya no contesta las llamadas o mensajes, la Coordinadora Nacional del Área Clínica de la Escuela de Psicología de la UST, recomienda tomar distancia y evitar acosar día y noche intentando algún contacto, ya sea a través del teléfono o las redes sociales, ya que además del término, esto podría provocar un disgusto o herida adicional.

2- Una vez terminado el verano, ambos expertos coinciden en la importancia de retomar la rutina habitual lo más pronto posible. “Esto te ayudará a mantener la mente ocupada y a ir recordando de a poco tu identidad individual. Además, es bueno apoyarse en los amigos, compartir las vivencias que a cada uno le dejó el verano e intentar conocer personas nuevas, para convencerse de que cada día es una nueva oportunidad”, comenta Rodolfo Alvarez.

3- Es importante tener en consideración que el verano y las vacaciones generan un medio ambiente idílico, pero que no es la realidad de la vida cotidiana. Por eso, Jade Ortiz señala que no son pocos los que tienden a idealizar la situación, a la persona y al amor en sí mismo. “Pensar que esa situación puede extenderse en el tiempo es, en muchos casos, forzar la primera etapa del amor. Es más recomendable pensar si la relación funcionaría con el estrés y los problemas del día a día”, explica.

4- Para ambos académicos, lo mejor es tomarse el amor de verano como una gran experiencia. “Cada relación en tu vida te ayudará a convertirte en la persona que quieras ser. Aunque no lo puedas asimilar en este momento, en el futuro verás que estas relaciones se van a transformar en los recuerdos más lindos que tengas de juventud y adolescencia”, señala el director de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás Concepción.

5- Finalmente, la pérdida de una relación de verano debe tomarse como tal: una pérdida. Por eso, Jade Ortiz recomienda darse el tiempo de hacer un duelo, llorar, hablar, recordar y sacar lo mejor de la experiencia. “Lo central es no quedarse pegado en la pérdida. Sin embargo, no hay un tiempo estándar, por lo que debe considerar sus síntomas: como llanto, desmotivación, pensamientos recurrentes, etc. Si éstos aumentan en vez de disminuir, entonces es bueno plantearse visitar a un especialista”, añade Jade Ortiz.