La alimentación en los adultos mayores debe adaptarse a sus necesidades nutricionales, las que varían en función del sexo, actividad física, tratamientos médicos y enfermedades. La Directora de Carrera de Nutrición y Dietética de la UST Valdivia, Massiel Salazar entrega algunos consejos de alimentación para los adultos mayores.

El verdadero equilibrio dietético se alcanza cuando se combina una dieta saludable junto a actividad física regular, acorde siempre a las posibilidades de cada persona y que normalmente puede consistir en paseos de 25 a 30 minutos, dos veces al día, a un bajo ritmo cardiovascular.

Por otro lado, la soledad, la discapacidad, la pérdida de visión y las enfermedades, junto a la ingesta de medicamentos, los malos hábitos alimentarios (dietas monótonas y  alimentos procesados), dificultad de acceso a los alimentos y a su elaboración, problemas de inapetencia, dificultades en la absorción de nutrientes son factores de riesgo que pueden provocar una  malnutrición.

Medicamentos y dietas

Muchos de los medicamentos usualmente consumidos por nuestros adultos mayores provocan pérdida de peso y les hacen inapetentes: diuréticos, diltiazén, digoxina etc. Otros les alteran el gusto, lo que produce rechazo a los alimentos: captopril, enalapril, amiloride, hidroclorotiazida, espironolactona, nifedipino, diltiazen. Por último, otros inhiben la absorción de alimentos: antiácidos, colchicina, cimetidina, fenitoína y algunos diuréticos.

Por lo anterior, para prevenir deterioro nutricional es muy importante que los familiares estén muy atentos a cambios en la ingesta de alimentación derivados del consumo de medicamentos, de tal manera de buscar en conjunto con su Médico y Nutricionista alternativas farmacológicas y de alimentación.

Los adultos mayores sanos en general pueden digerir la mayor parte de los alimentos, sin embargo, presentan una disminución cuantitativa y cualitativa de las secreciones digestivas y de la actividad enzimática, motivo por el que no toleran bien las ingestas abundantes y preparaciones culinarias complejas. De acuerdo a esto se recomienda evitar alimentos fritos y salsas muy condimentadas, y preferir cocciones hervidas y a la plancha, y de textura blanda. Es muy importante controlar también el consumo de sal (por debajo de 6 g/día), las especias y los condimentos. El uso de hierbas aromáticas puede mejorar el olor y sabor de los alimentos, haciéndolos más apetitosos.

Una de las acciones óptimas que podemos tomar es que se les inste a beber agua aunque no tengan ganas, ya que generalmente presentan disminuida la percepción de sed, y  es recomendable una ingesta de 2.5 litros por día para prevenir la deshidratación