Seminario contribuyó a sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la erradicación de la violencia contra la mujer

La violencia contra las mujeres y niñas es una violación grave a los derechos humanos. Por ello, cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha que busca principalmente llamar a la reflexión a todos los actores de la sociedad, para con acciones conjuntas (Estado y sociedad), poner fin a la vulneración de derechos de las mujeres.

Con el objetivo de contribuir a la erradicación de todas las formas de violencia y discriminaciones contra las mujeres para avanzar en equidad de género, se realizó el seminario «Violencia de género: cómo reconocerla y denunciarla», actividad organizada por la Seremi de la Mujer y la Equidad de Género de la Región del Biobío, y el Consejo de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados, Vertebral.

La actividad, contó con la participación de Marissa Barro Queirolo, Seremi de la Mujer y la Equidad de Género de la Región del Biobío; Roger Sepúlveda Carrasco, rector Santo Tomás Concepción-Los Ángeles y Coordinador Vertebral en Biobío; y de Oliver Rivera Gallardo, Director Ejecutivo de AIEP Concepción.

«Erradicar la violencia contra la mujer es un trabajo que tenemos que hacer entre todos y todas, y para ello, necesitamos la colaboración no solo del mundo público y privado sino también de la academia. Hoy más que nunca se ha visibilizados las desigualdades de género y la violencia contra la mujer, este año ha sido muy especial y a las mujeres nos ha tocado la peor parte de la pandemia, es en este sentido que desde el Ministerio de la Mujer se han creado distintas campañas y nuevos canales de comunicación para poder pedir ayuda cuando estamos frente a un hecho de violencia», destacó Marissa Barro Queirolo, Seremi de la Mujer y la Equidad de Género de la Región del Biobío.

En tanto, Roger Sepúlveda Carrasco, rector Santo Tomás Concepción y Coordinador del Capítulo regional Biobío de Vertebral, señaló la relevancia de abordar y condenar la violencia de género en todas sus formas y contextos, desde la formación académica.

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Queremos un mundo más justo y un mundo más equitativo, donde podamos detectar y denunciar cualquier hecho de violencia que pueda ocurrir cuando se trata de una mujer. De esta manera, es fundamental crear conciencia sobre la erradicación del sesgo de género en las diferentes carreras que impartimos en nuestras instituciones, de tal forma que se rompan los paradigmas sobre las actividades que pueden desarrollar mujeres y hombres en su desempeño laboral”, expresó.

Por su parte, Oliver Rivera valoró el espacio para hablar sobre violencia de género, recalcando el rol que las instituciones educativas desempeñan y los desafíos futuros en este ámbito.

“Como AIEP agradecemos esta instancia y nos sentimos orgullosos de ser agentes sociales activos en temáticas de Equidad de Género y Prevención de la Violencia, no solo para la comunidad educativa de AIEP, sino que también hemos desarrollado espacios para socializar y sensibilizar a la comunidad. Los resultados que hoy compartimos nos desafían a seguir trabajando a fin de contribuir desde la educación a una sociedad más justa y equitativa para todos y todas”.

Una tarea de toda la sociedad

En el seminario, Claudia Pinto Cruz, profesional de apoyo de la Seremi de la Mujer y la Equidad de Género de la Región del Biobío entregó algunos datos que dan cuenta de esta realidad que se vive en el mundo y en Chile, y el por qué resulta tan relevante continuar realizando acciones para enfrentar este desafío de eliminar de raíz la violencia contra la mujer.

“La violencia contra la mujer es una de las violaciones de los derechos humanos más extendidas, persistentes y devastadoras del mundo actual. Se calcula que el 36% de las mujeres en el mundo han sido víctimas de algún tipo de violencia a lo largo de su vida. En Chile, la última encuesta de Violencia contra la Mujer, ENVIV 2020, señala que 2 de cada 5 aseguran haber sufrido violencia alguna vez en su vida (2020), un alza de casi 10 puntos porcentuales en la última década”, afirmó Cruz. 

Además, aseguró que una mujer se demora unos 7 años en contar que ha sido víctima de violencia, por lo tanto, como la violencia está normalizada todavía hay un alto porcentaje de mujeres que se quedan en este imaginario que les impide denunciar. En este sentido, destacó “debemos entender que la violencia contra la mujer no es solo un problema de mujeres, tanto hombre como mujeres debemos ser capaces de reconocer la violencia, condenarla y denunciarla”.

 Pero, ¿qué hacer ante esta realidad que afecta negativamente el bienestar de las mujeres e impide su plena participación en la sociedad? Al respecto, Marissa Barro Queirolo, Seremi de la Mujer y la Equidad de Género de la Región del Biobío, señaló que lo primero es detectar el tipo de violencia que se está recibiendo y buscar la manera de pedir ayuda a través de los distintos canales de comunicación silenciosa que están a disposición de la comunidad cuando se está ante hecho de violencia.

“Durante la pandemia se creó un plan de contingencia con distintas medidas y distintas campañas como Mascarilla 19, en la que las mujeres pueden llegar a solicitar ayuda en las distintas farmacias del país, y en la que posteriormente, se pide ayuda a través del fono de orientación en violencia contra la mujer 1455. Además de estos teléfonos las mujeres que están siendo víctima de violencia pueden llamar al 133 de carabineros o el 134 de la PDI”.

Por último, Oliver Rivera Gallardo, Director Ejecutivo de AIEP Concepción contó que 26 personas han sido víctimas de violencia femicida durante el primer semestre de 2020, lo que evidencia un síntoma de una profunda falta de respeto, de que los hombres no reconocen la igualdad y la dignidad inherentes a las mujeres.

“La única forma de que nos demos cuenta de lo que está pasando es que le pongamos a la violencia el rostro de mujer. Hoy, hay 7 mujeres que hoy día no están y que fueron de connotación súper conocida por todos y que nadie hasta ahora puede desconocer. Esto no hay que perderlo de vista, hay que hacernos cargo y ver más allá de los números porque detrás hay un rostro y es el de una mujer que sufrió y no supo canalizar su problema y que no supo sentir las redes de apoyo por miedo o por vergüenza”. 

Finalmente, Rivera concluyó que «el hombre también tiene una responsabilidad, no solamente es la mujer la que debe denunciar, el hombre tiene que aprender a respetar y entender que hay acciones y conductas que, aunque estén normalizadas en la sociedad, NO son normales».