En la ocasión analizaron la relación entre Helen Keller y Anne Sulivan y de qué forma su experiencia puede aplicarse hoy en día en la relación de docentes y alumnos y los objetivos comunes.

La Dirección de Formación e Identidad de Santo Tomás Talca realizó el día miércoles 1 de julio, un conversatorio denominado “Hellen y Anne, dejarse guiar para acompañar”, ocasión en la que se analizó la relación del personaje Sello 2020 y su maestra y eterna compañera.

Los panelistas fueron el director de Formación e Identidad, Miguel Cruz; el director de carrera de Psicología, John Molina y el director del Centro de Aprendizaje, Marcelo Mendoza, quien actuó como moderador. También estuvo presente traduciendo en lengua de señas, la docente, María José Santelices.

De acuerdo a lo señalado por Miguel Cruz, la actividad tuvo por objetivo destacar a Hellen Keller “más allá de la mirada de una niña sorda y ciega que salió adelante, sino más bien mostrar su vida completa” y su rol de activista social además de su influencia en la vida social de Estados Unidos.

“Por un lado la mirada filosófica y de actualidad fue a través de mi presentación, donde tratamos de  mostrar a Helen como un ejemplo de vida, pero junto a ello se buscó reconocer la importancia de Anne Sullivan y del cómo dejarse acompañar es fundamental para fortalecer y conocer lo mejor de cada uno y en un futuro poder acompañar a otros”, indicó.

Por su parte, John Molina aportó la mirada psicológica realizando un llamado a los estudiantes sobre que los desafíos y riqueza de la vida, necesariamente requieren de jamás olvidar sus orígenes para un reconocimiento real de cada uno y desde ahí ser un verdadero aporte a esta sociedad, en lo que les corresponde.

Junto a todo esto insistió en las fortalezas que se deben tener para salir adelante, como destacar y reconocer las de cada uno y es ahí donde la importancia de quien acompaña es relevante, y en este caso, los docentes deben estar atentos para ser verdaderos formadores de vida y no solo de buenos profesionales.

En el conversatorio participaron como productor, Francisco Calfún de Puerto Montt; la directora nacional de Formación e Identidad, María Esther Gómez de Pedro; el equipo completo de Formación e Identidad de la sede Talca, y representantes de las sedes Rancagua, Curicó, Chillán, Temuco, Viña del Mar, Osorno, Puerto Montt, Los Ángeles, Punta Arenas y Santiago. A ellos se sumaron alumnos, representantes de la Oficina de la Discapacidad de Constitución y algunos integrantes del Área de Ciencias Sociales.

Para contextualizar, recordemos que el personaje Sello de 2020 es Hellen Keller, reconocida activista de las personas discapacitadas. Ella a los 19 meses quedó sorda y ciega. Esta condición y la forma en que ello incidió en su relación con el mundo, fueron la base para convertirse en una luchadora por las libertades civiles, co fundando en 1920 la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, a lo que sumó su lucha por los derechos de los ciegos y mudos.

Hellen Keller nació en 1880 y hasta los 7 años no podía comunicarse con su familia, a pesar de pertenecer a una acomodada económicamente. Lo anterior solo cambió con la llegada de Anne Sullivan, quien se convirtió en su maestra y eterna compañera.

Anne, que también tenía una discapacitada visual, con gran paciencia, comenzó a enseñarle a Helen a comunicarse por medio del enunciado de palabras en su mano. Con el tiempo y la enseñanza de la realidad, Helen pudo lograr ser parte de conversaciones cuando le deletreaban las palabras en sus palmas. Luego aprendió a leer usando braille y a entender el habla mediante el tacto de los labios, por la percepción del movimiento y la vibración.

Si bien su educación secundaria fue en un instituto para ciegos, su verdadera meta era lograr educación universitaria. Gracias a la amistad y admiración de su amigo Mark Twain, logró ser financiada para estudiar en 1900 en Radcliffe College, de donde se graduó cuatro años más tarde con los máximos honores, convirtiéndose en la primera persona sordo-ciega del mundo en conseguir un título de grado.

Helen Keller se afilió en 1905 al Partido Socialista, lo que fue muy mal visto por la sociedad y ridiculizado por la prensa. En 1924 cambió sus viajes políticos para dedicarse a trabajar con personas ciegas en la Fundación Americana para Ciegos, donde también asumió un papel activista.

Según cuentan sus biografías, la muerte de Ann Sullivan en 1936 la dejó muy deprimida, un miedo que años atrás había escrito: “ofrezco una súplica temblorosa al Señor, porque si ella se va, voy a quedar realmente ciega y sorda”. Pese al difícil momento, junto a Polly Thomson la ayudante de Sullivan, logró reintegrarse a su trabajo y comenzó a recaudar fondos durante 10 años, en 35 países,  para la Fundación Americana de Ciegos.

Su legado como ejemplo de persona fue reconocido con la Medalla Presidencial de la Libertad otorgada en 1964 por el entonces Presidente Lyndon Johnson.

Helen sigue siendo un ejemplo único en la superación de dificultades; su libro autobiográfico sigue siendo obligatorio en el programa de muchas escuelas de Estados Unidos y es un hit de ventas literarias a nivel mundial traducido a 50 idiomas.

Durante el conversatorio los participantes tuvieron la oportunidad de hacer una reflexión filosófica y psicológica equiparando la experiencia de Hellen Keller con lo que se desarrolla actualmente en el ambiente universitario.

Se expresó el interés de académicos en establecer un importante vínculo con los estudiantes donde en conjunto se trabaje en pos de un objetivo común, donde los alumnos puedan terminar convirtiéndose en profesionales que primero reconozcan su historia y sus raíces y que miren de forma crítica la realidad para ser un aporte en los tiempos actuales y futuros.