Goviana Reyes, medallista Sudamericana

“La mira ahora está puesta en los Panamericanos de septiembre en Canadá”

Alumna de la UST Talca y representante de Chile en canotaje, obtuvo junto a sus compañeras medalla de oro en la categoría K-4 500 metros en Bolivia.

Talquina de tomo y lomo, alumna de tercer año de Kinesiología de la Universidad Santo Tomás Talca y destacada exponente del canotaje desde los 10 años, son los datos que mejor describen a Goviana Reyes, quien regresó a la capital maulina con varias medallas bajo el brazo tras su participación en los Juegos Sudamericanos Cochabamba 2018.

Goviana tiene 27 años, vive con sus padres y su hermano menor, y según relata comenzó en el canotaje luego que el entrenador fuera a su colegio de enseñanza básica a ofrecer un taller cuando ella tenía solo 10 años y un pasado en varios otros deportes que no habían logrado encantarla.

Acompañando a una de sus amigas de entonces, decidió sumergirse en esta aventura con el compromiso con sus padres de llegar hasta el final. Fueron seis meses de entrenamiento que finalizaban en una competencia, a la que no pudo ir por temas personales, pero que le abrieron las puertas para convertirse en una de las mejores exponentes de la disciplina.

¿Cómo llegaste a practicar canotaje?

“Yo había pasado por muchos deportes antes porque mis papás consideraban que necesita socializar más con gente de mi edad, pero ninguno me había gustado demasiado. Fui a canotaje para acompañar a una amiga, pero no me llamaba mucho la atención. La condición de mis papás fue que terminara el curso. A la competencia final no pude ir y como un mes después competí y saqué tercer lugar y ahí ya me gustó. El tema de ganar, que todos te felicitaran cuando eres niño es genial. Así partí y ahora soy la única de esos 40 niños que sigue remando”.

¿Cómo ha sido para ti este camino de deportista de alto rendimiento?

“Igual es difícil este deporte, es bien discriminatorio porque se supone que tienes que tener ciertas características físicas como ser alta y de brazos largos. A mí me ha ido bien desde siempre porque tengo otras cosas como fuerza y técnica que compensan mi baja estatura. Siempre he tenido primeros lugares dentro y fuera del país, pero con los entrenadores de la selección siempre he tenido ese problema. Puedo estar ganando todo, pero para ellos no sirvo prácticamente. He tenido que lidiar con eso, pero siempre he dicho que el deportista se ve en la pista y no fuera del agua y en eso me he concentrado”.

¿Cómo compatibilizas los estudios con el deporte?

“Siempre quise buscar una carrera en el área de la salud. Kinesiología fue mi opción por el tema del deporte también y hasta ahora por un tema de organización he podido hacer las dos cosas. Es difícil, pero con esfuerzo se puede. No puedo dejar de entrenar y tampoco puedo dejar de estudiar”.

¿Por qué elegiste la Universidad Santo Tomás?

“Estuve varios años en otra universidad en Santiago y en la selección y decidí volver a Talca. Tuve varias ofertas por el tema deportivo, pero la que más facilidades me dio para estudiar y entrenar fue la UST y además me otorgó becas. Creo que fue la mejor decisión que pude tomar porque ha sido una universidad que me ha apoyado en todo momento. Los profesores me ayudan más allá de sus obligaciones, el jefe de carrera siempre tratando de resolver todo. Estoy muy agradecida con la universidad”.

Cochabamba 2018

¿Cómo fue la experiencia de clasificar a estos Juegos Sudamericanos?

“Fue una buena experiencia. Para llegar tuve que hacer una ardua preparación que tuve que costear de mi bolsillo con la ayuda de mi familia, ya que la Federación a pesar de que el año anterior yo gané todo, no me llamaron a la selección y prefirieron a una niña que estaba en tercer lugar. Me preparé sola con mi entrenador de Talca, Fabián López. Cuando clasifiqué me fui a la concentración a Curauma donde estaban todos los seleccionados, ahí estuvimos una semana y nos fuimos a Bolivia”.

¿Qué tan compleja fue la competencia en Bolivia?

“Cuando llegamos estuvimos entrenando algunos días para adaptarnos a la altura, pero eso fue rápido. Yo competía en dobles y K-4. Nadie tenía expectativas de nosotras, de hecho las medallas que sacamos nadie las contaba como ganadas. La competencia fue durísima, principalmente contra Colombia porque ellos tienen mejores condiciones que nosotros y promueven más los deportes. En el K-2 íbamos segundas hasta 20 metros de la llegada y nos pasó Brasil, así que obtuvimos bronce. Y en el K-4 también fue una odisea porque no teníamos bote, un día antes de la competencia nos llegó uno que lo ocupamos y al otro día al agua sin tiempo de adaptarnos. Durante la competencia recuerdo que nos vimos adelante y había que aguantar no más, fueron los 500 metros más largos de mi vida. Seguimos aunque muy cansada logramos la medalla de oro”.

¿Qué se viene ahora en términos deportivos para ti?

“Sigo entrenando como siempre y estudiando también. La mira está puesta en los Juegos Panamericanos en septiembre que se realizarán en Canadá y todavía estamos en veremos porque nos dijeron que por haber obtenido oro en los Sudamericanos no necesitábamos clasificar para los Panamericanos, pero mientras no tengamos la oferta formal hay que seguir entrenando pensando en las clasificatorias. Es una competencia mucho más difícil”.

En total fueron 12 los alumnos de Santo Tomás, a nivel nacional, que formaron parte de la delegación chilena en los Juegos de Cochabamba, obteniendo diez medallas. Todos ellos recibieron un especial reconocimiento institucional en una ceremonia presidida por el Rector Nacional de la UST, Jaime Vatter y el Secretario General del Comité Olímpico de Chile, Jaime Agliati.