Doctor en Psicología, Gamal Cerda, habló sobre la relevancia de este tema -que es el foco de sus investigaciones-, en el Seminario Internacional organizado por la UST Talca.

Uno de los expositores del Seminario Internacional de Investigación: Diálogos entre Educación, Psicología y Sociedad, organizado por la Universidad Santo Tomás Talca, fue el Doctor Gamal Cerda, quien expuso su investigación sobre “La convivencia escolar en contextos de alta vulnerabilidad social: la percepción de estudiantes con y sin desarrollo típico y su relación con el rendimiento académico”.

Gamal Cerda es Doctor en Psicología aplicada de la Universidad de Córdoba, España; Psicólogo de la  Universidad San Sebastián, Chile; y Profesor de Filosofía de la Universidad de Concepción.

Ha participado en diversos proyectos de investigación en educación, Fondecyt y Fondef, ligados preferentemente a factores asociados al rendimiento en matemática en diversos niveles educativos. Actualmente trabaja en el Departamento de Metodología de la Investigación e Informática Educacional de la Facultad de Educación de la Universidad de Concepción. Cuenta con numerosas publicaciones y proyectos de investigación en las líneas de cognición y aprendizaje; instrumentos de medición social; matemática y convivencia escolar.

¿Cómo podemos definir la convivencia escolar?

“En el dominio de lo que nosotros estamos trabajando tiene un enfoque multidimensional. Eso es muy importante, porque no solo se refiere a las interacciones que existen entre pares, principalmente abocadas a problemas de victimización, acoso escolar o bullying, sino que también incluye a la organización como un conjunto, gestión propositiva de interacción entre iguales, entre profesores, el clima, la regulación. Lo que llamaríamos los factores de seguridad de la organización, entonces ese modelo permite tener una visión donde la convivencia escolar resulta ser un factor fundamental para el desempeño académico del estudiante”.

¿Cuáles son las diferencias en la convivencia escolar de niños altamente vulnerables y aquellos que no lo son? ¿Qué determina esta diferencia?

“No es que existan en particular unas diferencias de contexto vulnerable o no contexto vulnerable porque los temas de convivencia escolar se dan en todos los segmentos sociales, las diferencias de uno y otro sí son especiales de atender. En contextos vulnerables la falta de provisión de la familia de elementos nutritivos que contribuyan a aminorar esos factores que pudiesen darse al interior del establecimiento son un factor de desventaja, pero sin embargo en sectores más altos podemos encontrar que la convivencia escolar se vehiculiza en medios más sofisticados, psicológicos más que de violencia física. También depende del nivel educativo en que estos se dan, pero en todos los escenarios encontramos programas de convivencia escolar, el tema es que en los contextos vulnerables estos factores resultan mucho más incidentes respecto del desempeño académico de esos estudiantes”.

¿En cuál de estas categorías podemos incluir a los niños con necesidades educativas especiales?

“Nosotros nos avocamos solo a estudiar establecimientos de alta vulnerabilidad social de la Región del Bío Bío, que incluyen dentro de ese sistema escolar (tercero y cuarto medio) a todo tipo de alumnos. Les aplicamos los mismos instrumentos a los estudiantes con desarrollo típico y a los niños que no lo tenían y además tipificamos el tipo de diagnóstico que tenían estos niños. Lo que quisimos explorar es si ellos tenían una percepción diferencial asistiendo al mismo tipo de establecimiento y efectivamente en el caso de los niños con necesidades educativas especiales la percepción es mucho más desaventajada que sus iguales y eso corrobora los estudios internacionales a nivel mundial donde estos niños con esta condición tienen una experiencia más desfavorable en relación con sus iguales a la hora, por ejemplo, de ser más victimizado, más acosado y tener una pero percepción respecto del grado de involucramiento que tienen los docentes para con ellos”.

¿Por qué ellos se sientan tan desvalidos en sus contextos escolares?

“Predominantemente porque ellos sienten, y se lo hacen ver los pares, que son no solo diferentes sino que terminan siendo como una especie de bloqueo o inhibición a la progresión curricular habitual. Terminan siendo como el chivo expiatorio de que parte del proceso natural de aprendizaje se dificulta porque para ellos hay que generar una condición adicional y eso genera una visión desfavorable hacia ellos. Y a su vez ellos sienten que el sistema escolar o lo que le entregan los docentes es inadecuado o no lo suficiente”.

¿Cuál es el rol de los establecimientos en esto?

“Creo que ahí hay dos condiciones. El Estado ha generado una política gubernamental a nivel  nacional donde los colegios deben generar planes de convivencia escolar y además eso tiene directa relación con lograr generar una medida de lo que está pasando al interior de la convivencia escolar. Por ejemplo examinamos cuáles son las redes sociales que tienen ellos, cuál es la percepción que tienen respecto al ajuste normativo, es decir, las normas que están en el establecimiento, tenemos una medida que habla sobre cuáles son las situaciones de indisciplina que ellos vivencian, cuáles son las situaciones de violencia que ellos sufren o de agresión, cómo son capaces de examinar el grado de involucramiento que nosotros llamamos desidia docente y también tenemos la disruptividad que puede ocurrir en el escenario educativo junto con la gestión interpersonal positiva, es decir las interacciones que ellos visualizan. Entonces cuándo nosotros tenemos una visión desde este punto de vista tan global, tan polivalente en términos de las dimensiones que explora, las instituciones escolares pueden tener una excelente medida de cuáles son en particular en esa institución las áreas más débiles y poder generar procesos de intervención mucho más efectivos”.

¿Cómo influyen todas estas situaciones en el rendimiento escolar?

“Nosotros hemos encontrado que los niños más victimizados tienen peores desempeños, los niños que viven situaciones de indisciplina claramente repercute desfavorablemente en su desempeño, los niños que de alguna u otra manera se ven involucrados en situaciones de agresión, sea porque son agresores o porque favorecen o propenden esas situaciones, también se ven afectados por un peor desempeño. Si bien esto afecta tanto a agresores como a víctimas, tenemos lo que se llama factores protectores, por ejemplo, este mismo instrumento que utilizamos mide la gestión interpersonal positiva o el ajuste normativo o el establecimiento de red social de igual, esos son factores protectores. Si los estudiantes visualizan que en su establecimiento escolar hay buenas relaciones entre profesores, hay buena comunicación entre iguales, la relación entre ellos y los profesores es la adecuada, ellos tienen mejor rendimiento. Si ellos sienten que tienen configurada una red social de iguales, en este caso sienten que sus compañeros los apoyan a la hora de establecer mecanismos para preparar una clase por ejemplo, también eso incide favorablemente. Ahora si ellos sienten que las normativas del colegio son adecuadas y se ajustan a ellos porque sienten que los interpretan y son justas, ellos también tienen un mejor desempeño. Entonces nosotros tenemos lo que llamaríamos factores que bloquean o perturban el aprendizaje y factores que también protegen y favorecen el aprendizaje”.