Docentes y administrativos fueron parte de la jornada de reflexión en que se dieron a conocer distintas facetas de Santo Tomás de Aquino. Junto con dar el nombre a la institución, este filósofo y teólogo nos entrega las claves para llevar a cabo nuestra labor educativa.

Basado en la doctrina filosófica de Aristóteles, Santo Tomás de Aquino desarrolló las ideas que hoy inspiran el reto de “construir una educación integral e integradora de todos los que conforman el cuerpo educativo, social, político, religioso y cultural”, en palabras del docente Juan Pablo Espinosa.

El profesor de Ética de Santo Tomás Rancagua intervino en la jornada de reflexión que vivieron los colaboradores de la sede. Fue una instancia para conocer el pensamiento de Santo Tomás a través de representaciones de algunos pasajes de su vida, junto con un análisis de sus ideas.

“Tomás también fue un joven estudiante universitario que se empapó de su cultura y quiso conocer todo lo que lo rodeaba. El Tomás estudiante es la imagen del estudiante que ama lo que hace, y que lo hace por una vocación y no por una obligación”, aseguró Espinosa.

Para construir siempre una vida éticamente buena, el docente entregó una guía tomista: “Tomás asume que el centro de la ética y de la moral es el amor, la caridad vivida tanto con nosotros mismos como con los otros”.

Para finalizar, planteó algunas interrogantes para profundizar en el sentido último que le damos a nuestras acciones: “¿Cómo nuestros estudios lograrán que otros puedan gozar de mejores condiciones de vida? ¿Cómo superar las situaciones de injusticias desde nuestras particulares profesiones?”.