Conferencia organizada por Facultad de Ciencias UST analizó implicancias de endoparásitos en abejas

La instancia, realizada de manera remota ante una gran presencia de docentes y estudiantes, estuvo a cargo del Dr. Nolberto Arismendi, investigador del Centro de Investigación Austral Biotech de Universidad Santo Tomás.

Una interesante conferencia virtual organizó recientemente la Facultad de Ciencias de Universidad Santo Tomás. En la ocasión, se analizó las implicancias que endoparásitos provocan en las abejas, insecto clave para el desarrollo de la vida por su servicio de polinización.

La instancia, realizada ante una gran presencia de docentes y estudiantes de diversas ciudades y sedes, estuvo a cargo del Dr. Nolberto Arismendi, investigador del Centro de Investigación Austral Biotech de la Institución y quien también es Ingeniero Agrónomo de la Universidad Escuela Agrícola Panamericana El Zamorano de Honduras y Doctor en Ciencias Agrarias de la Universidad Austral de Chile.

En la ocasión, el experto se refirió concretamente a la especie de abeja llamada Apis Mellifera, “que se encuentra distribuida en casi toda la población mundial donde sea capaz de sobrevivir. Es la especie por excelencia usada en la apicultura”, precisó Arismendi.

Durante su alocución, el académico de Universidad Santo Tomás enfatizó que la abeja “es importante para la humanidad por los recursos que nos ofrecen: alimentos, salud, cosméticos y otros componentes. Está en la vida cotidiana de nosotros”, dijo, agregando que resulta indispensable para la vida “por sus servicios de polinización. Los alimentos de nuestra mesa dependen de la polinización”, espetó.

Preocupación 

Por eso, el Dr. Nolberto Arismendi no escondió su preocupación por las alarmantes cifras de desaparición de la población de abejas, que a nivel planetario alcanza el 35% y en Chile supera el 50%. “Es bastante grave porque somos un país que depende mucho del servicio de polinización”, sostuvo.

Una de las causas de este fenómeno es el patógeno llamado Nosema Ceranae que se aloja en el intestino medio del insecto, ocasionándole severos perjuicios. “Lo que hace es invadir el intestino medio, se aloja en el ventrículo, se multiplica y desarrolla en el tejido, destruyendo paredes intestinales y reduciendo las capacidades de la abeja en cuanto a la producción de enzimas. En pocas palabras, reduce la posibilidad de incorporar nutrientes a su organismo”, explicó el profesional.

Por eso, Arismendi precisa que lo anterior “hace que los pesticidas sean especialmente letales para las abejas. Eso hoy está probado. Un patógeno puede ser letal para ellas y combinado con otros factores lo puede ser aún más”, dijo.

Para revertir esta preocupante tendencia, el investigador del Centro de Investigación Austral Biotech de Santo Tomás plantea el que el “desafío es poder desarrollar una técnica para que de forma precisa nos permita detectar estos patógenos”, sentenció.