La publicación “Activismos digitales de mujeres con discapacidad en Instagram: análisis de tres casos en Chile”, de Michelle Lapierre, docente de la carrera de Terapia Ocupacional, fue seleccionada como “Top Paper” por la International Communication Association (ICA).

La Académica de la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad Santo Tomás (UST), sede Temuco, Michelle Lapierre, se refirió al reconocimiento internacional que recibió, tras la publicación de su reciente investigación: “Activismos digitales de mujeres con discapacidad en Instagram: análisis de tres casos en Chile”.

De esta manera, el paper publicado en la Revista Cuadernos.info, fue seleccionado como “Top Paper” por la International Communication Association (ICA), organismo que anualmente premia a cuatro publicaciones de sus revistas asociadas, las que son presentadas posteriormente en la Conferencia Anual de la ICA, que este año fue en Toronto.

La docente e investigadora UST detalló que recibió la noticia “con mucha alegría”, asegurando: “Cuando pensé en esta idea no tenía conocimientos en la investigación en redes sociales y en la etnografía digital, pero tenía mucha convicción de hacerlo, y tomé un curso de posgrado en una universidad en México para formarme en esto”.

En ese sentido, reconoció estar “todavía aprendiendo mucho sobre análisis de redes sociales, pero este reconocimiento es un estímulo para hacerlo en mayor profundidad. Por otra parte, lo que más alegría me hace sentir, es que un campo tan diverso y con tanta trayectoria como la comunicología haya considerado que los activismos digitales de mujeres con discapacidad son de interés para el desarrollo futuro de esa área de estudio”.

Aunque, según declaro: “Lo más importante para mí es que las mujeres y diversidades sexo-genéricas con discapacidad están realizando acciones muy importantes en las redes sociales, y reconocimientos como estos permiten visibilizar su trabajo”.

– ¿Qué la motivó a realizar esta investigación sobre activistas con discapacidad?

– En mi campo de investigación, que son los estudios críticos sobre discapacidad, investigar activismos y movimientos sociales es muy relevante. Consideramos que las personas con discapacidad tienen una experiencia encarnada que las ha llevado no solo a vivir la discapacidad desde una forma particular, sino que les ha impulsado a colectivizarse, aprender, dialogar con otros grupos, involucrarse en política, etc., lo que las convierte en verdaderas personas expertas en el área. Comprender cómo son sus prácticas activistas y los efectos que estas tienen es muy relevante para este campo. Y en particular, respecto al tema de los activismos digitales,  es algo que se incrementó notablemente durante la pandemia en todo el mundo, pero sobre todo en grupos y colectivos que siempre han estado invisibilizados en los espacios más dominantes de los medios de comunicación y también en la calle, por lo que el activismo digital se transformó, para muchas personas con discapacidad, en un lugar de activismo que hasta ese momento no tenían.

– ¿Tiene planeado vincular esta investigación con su rol de académica?

Claro, como docente e investigadora, parte de mis proyectos seguirán desarrollándose en esta línea. A partir de este reconocimiento por parte de la ICA, me interesa mucho que podamos apoyarnos entre las distintas personas que tienen interés en la investigación, por ejemplo, otros académicos/as jóvenes, estudiantes de pregrado y activistas que deseen hacer investigación. Yo espero poder levantar algún proyecto futuro donde estas distintas personas puedan dialogar en torno a la investigación, haciendo que esta sea más participativa, y generando una academia más militante con las ideas de equidad y transformación social que buscan los movimientos sociales de personas con discapacidad.

-¿Proyecta continuar profundizando en esta investigación? ¿Cuál es la situación en Chile en la materia?

-Sí, yo en este momento estoy desarrollando una línea de investigación en los activismos de la discapacidad, tanto digitales como tradicionales, especialmente en personas que viven su experiencia de discapacidad en intersección con otras realidades, como el género, la orientación sexual, ser indígenas o ser migrantes, por lo que me interesa mucho seguir profundizando en esto, y este reconocimiento en un aliciente a hacerlo. En Chile hay un movimiento social de la discapacidad que tiene larga trayectoria, pero que cobró aún más fuerza en términos de hacer alianza a nivel nacional, organizarse y politizarse a partir del estallido social del 18 de octubre de 2019, y luego con la pandemia, las diferentes elecciones que ha vivido el país y los dos procesos constitucionales. Los activistas son personas con mucho trabajo territorial y con mucha experticia conceptual también, por lo que el trabajo que hacemos los académicos es solamente algo complementario a las acciones que ellos ya llevan y que deben seguir liderando.