Por Javiera Pastene Ortega, Jefa de Carrera de Técnico en Veterinaria y Producción Pecuaria Sede Santiago Centro.

Los recientes casos de gripe aviar detectados en diversos puntos del país, nos llevan a hablar de un tema que si bien es conocido a grandes rasgos, gran parte de la población desconoce su origen y los efectos negativos que puede tener en materia de salud pública

La influenza o gripe aviar es una enfermedad viral que afecta tanto a aves domésticas como silvestres, siendo menos común la afección de especies mamíferas (lobos de mar, chungungos, entre otros), así como seres humanos. Si bien es una enfermedad que está presente en todo el mundo, ésta presenta diferentes cepas (Oceanía libre).

Las aves afectadas presentan sintomatología, tales como: falta de apetito y descoordinación, plumaje erizado, secreción nasal con respiración dificultosa, diarrea, una baja en la producción de huevos, -incluso pueden ser deformes con cáscara blanda- inflamación de la cabeza, cianosis de la cresta, barbillas y patas (coloración azulada) y finalmente postración y muerte.

Este virus ingresó al país por aves migratorias que durante el verano viajan al cono sur en busca de alimentación. Y, como provenían desde el hemisferio norte, su llegada a territorio nacional era inminente, especialmente si consideramos que en EE.UU. desde el primer semestre 2022 se incrementaban la mortandad de aves en las granjas.

A medida que avanzaba el año fueron detectándose casos más al sur, primero en Colombia, luego Ecuador y Perú y finalmente en diciembre del 2022 en Arica fue detectado el primer caso en Chile confirmado por pruebas realizada en el laboratorio del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Lo Aguirre. A la fecha se han detectado casos en 13 regiones del país.

El virus circulante no sólo ha afectado aves silvestres en nuestro país, sino que a mamíferos marinos y dentro de la primera quincena de marzo se notificó de un caso en la región de O´Higgins en un plantel de Agrosuper lo que significó el sacrificio de más de 40 mil aves ponedoras con el fin de detener la propagación de la enfermedad.

Se espera que el proceso migratorio de aves sea a la inversa desde más menos la segunda quincena de abril, es decir, que vuelvan al hemisferio norte. No obstante, esto no es sinónimo que el virus deje nuestro territorio, debido a que ya está circulando en el ambiente. Es por ello por lo que las medidas sanitarias que está implementando el SAG toman mayor realce, con el fin de que no exista traspaso al resto de la población animal y/o humana de este virus.