El desarrollo de la organización educativa fue el tema central del I Foro de Aprendizaje Servicio

Expertos en la materia y representantes de otras casas de estudios, coincidieron en la necesidad de potenciar aquellas actividades donde el estudiante, junto a docentes, interactúan con comunidades vulnerables para resolver problemáticas sociales reales relacionadas con la disciplina que estudian.

“Desde su comienzo, Universidad Santo Tomás ha entendido la vinculación con el medio como una actividad intrínseca a su función, mediante la cual genera conocimiento, aporta a la cultura, forma a sus estudiantes, contribuye al desarrollo del país y trasciende las fronteras. Y una de esas líneas de acción es el aprendizaje-servicio». Con estas palabras, el Rector Nacional de UST, Jaime Vatter, inauguró el Primer Foro “Aprendizaje-servicio para el desarrollo de la organización educativa”, desarrollado conjuntamente entre la Facultad de Educación UST, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad Católica Silva Henríquez.

En el Aula Magna a máxima capacidad y ante la expectación de estudiantes, docentes y directivos de diversas instituciones educacionales y reparticiones públicas, la principal autoridad tomasina destacó el proyecto “Creciendo Juntos” como un modelo loable de aprendizaje-servicio, el que nace en 2012 con el objetivo de potenciar el desarrollo integral de niños y niñas de jardines infantiles JUNJI y sus comunidades educativas a través de un trabajo multidisciplinar de estudiantes y docentes.

En esta misma línea, el Decano de la Facultad de Educación de UST, Rodrigo Fernández, enfatizó que «la institución universitaria, desde una perspectiva docente, debe tener como principal desafío la formación de personas de bien, promoviendo su desarrollo y procurando su inserción social y propiciando capacidades que permitan generar un sustento digno, acorde a las posibilidades del mercado”.

Agregó que “en una sociedad, en la que en ocasiones nos sentimos individualmente autosuficientes, que podemos prescindir del bien público, es fundamental que desarrollemos un actuar ético, haciéndonos conscientes de que la realización individual y nuestra forma de vida están profundamente unidas a la causa colectiva”.

Paneles

Posteriormente se efectuó el primer panel de conversación, el que estuvo a cargo de Manuel Caire, jefe del Programa de Aprendizaje-Servicio de la Universidad Católica; Héctor Opazo, director de ABC Lab de la Universidad Católica Silva Henríquez y Paola Bruna, estudiante de Fonoaudiología de Santo Tomás y participante del proyecto “Creciendo Juntos”.

Los seminaristas coincidieron en la necesidad de “contribuir a la sociedad con la mayor calidad posible”, entendiendo que el aprendizaje-servicio posibilita aquellas actividades donde el estudiante, junto a docentes, interactúan con actores externos, resolviendo problemáticas sociales reales relacionadas con la disciplina que estudian, logrando así una vinculación e interacción que genera un beneficio mutuo.

“Impactar en distintas comunidades es un proyecto de vida y es fundamental que así se inculque desde las escuelas”, destacó Héctor Opazo, mientras que Paola Bruna complementó diciendo que “trabajar en comunidades vulnerables enriquece la experiencia al aportar una visión que no está presente en las cátedras”, sostuvo.

Luego, un segundo panel compuesto por Nancy Pereira, subdirectora Técnico Pedagógica de JUNJI; Francisca Díaz, jefa del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas del Ministerio de Educación (CPEIP) y el padre Galvarino Jofré, rector de la Universidad Católica Silva Henríquez, ahondó sobre los principales desafíos en aprendizaje-servicio.

Mientras Nancy Pereira recalcó la necesidad de que “las casas formadoras sean capaces de transmitir la visión de que el aprendizaje-servicio es una decisión de vida”, Francisca Díaz sostuvo que “considero potente que un estudiante entre a un sistema que lo necesita para innovar y llevar sus competencias para mejorar la vida de esa comunidad”.

Por su parte, el rector Galvarino Jofré enfatizó sobre la relevancia de generar recursos para potenciar el área de aprendizaje-servicio en las Instituciones de Educación Superior (IES), a la vez de “propiciar una visión mancomunada interinstitucional” sobre esta actividad.

Experiencias

Durante el seminario hubo espacio para conocer diversas iniciativas de aprendizaje-servicio, destacando el rol de los estudiantes como agentes de desarrollo social en organizaciones educativas.

Al respecto, Alfredo Tapia, alumno de Terapia Ocupacional de Universidad Santo Tomás, explicó que «los estudiantes aprendemos haciendo. Si bien en primer lugar los profesores nos explican cómo se debe hacer, por ejemplo, como evaluar un test o como aplicar una pauta, finalmente la cátedra se ve complementada por la experiencia de cada uno en terreno, interviniendo en diversas comunidades que tienen muchas necesidades”.

Su compañera, Javiera Acevedo, agregó que “el beneficio para mí también les sirve a los niños. Hacemos una intervención de manera integral, también trabajamos con las familias, por lo tanto, creo que la experiencia es súper positiva. El trabajar en conjunto con la comunidad nos abre las puertas en esta carrera”.

En tanto, Fernanda Rozas, estudiante de Educación Diferencial en Universidad Católica Silva Henríquez, sostuvo que “nosotras ejecutamos un proyecto de Didáctica de la Lectoescritura en el Centro Abierto Laura Vicuña de Lo Prado. Trabajamos con alrededor de 70 niños que llegan después del colegio para reforzar ciertas habilidades. La comunidad está muy contenta con nuestro trabajo, los hemos motivado a estudiar. Y a mí me ha servido para ser más perseverante, resiliente y más consciente de la realidad”, sentenció.