Estudiantes de Gastronomía de Santo Tomás dan nueva vida a los desechos orgánicos

A través del “Mermagro”, los residuos que quedan de los talleres de cocina se entregan a productores de la Región para que puedan generar abono y luego cosechar la materia prima que volverá a la mesa.

Semanalmente, son cerca de 80 kilos de residuos orgánicos los que se acumulan por las actividades de la carrera Gastronomía Internacional y Tradicional Chilena en Santo Tomás Rancagua. Si bien hay clases con menos desechos, como pastelería, hay otras ocasiones en las que los estudiantes aprenden sólo los cortes de las verduras, y esos vegetales son descartados.

Ante esta realidad, este año la carrera ha implementado el proyecto “Mermagro”. Como explica el director de la carrera, Jaime Jiménez, se trata de un trabajo circular: “Empieza en la producción y reciclaje de nuestros talleres y termina en la cosecha de los agricultores convertida en materia prima, cultivada con compost que fue elaborado a partir de nuestra materia orgánica reciclada”.

Es así como en cada clase, los estudiantes tienen sobre los mesones un recipiente especial para depositar los desechos orgánicos. “A veces nos sobraba la mitad de una cebolla, o sólo ocupábamos la cáscara de un producto y el resto se botaba. Pero ahora se ha implementado esta forma de volver a utilizar estos residuos, que no se pierdan y que le den un buen uso es super importante, para los agricultores y para nosotros mismos que después los vamos a utilizar”, comenta Carla Soto, estudiante de segundo año de la carrera Gastronomía en Santo Tomás Rancagua.

Una segunda oportunidad

El “Mermagro” comenzó entregando los residuos orgánicos de las clases a restaurantes cercanos, pero éstos dejaron de recibirlos por la pandemia. Fue así como se han ido sumando a esta iniciativa otros agricultores de la zona, que tienen potreros, que hacen compostaje, que tienen gallinas, que trabajan con lombrices, productores de feria… en fin, quienes puedan dar una segunda oportunidad a estas mermas.

Es así como desde Rancagua hasta Codao – a unos seis kilómetros al interior de Peumo – llegan los desechos de los estudiantes a las manos de Claudia Maira, productora agroecológica. Este aporte le ha permitido innovar en los abonos que utiliza en su emprendimiento Entrenativos: “Antes sólo juntábamos nuestros desechos de la cocina de la casa para la producción de compost, lo que es más lento, entre 8 meses y un año. Con lo que nos traen hemos podido innovar en compost frío con lombrices californianas, lo que nos ayuda a tener humus que es super poderoso para las plantas y que podemos ir cosechando en tres meses. Estamos avanzando en cosas en paralelo porque tenemos más desechos orgánicos que podemos procesar”.

Diego Salas, chef instructor de la carrera, destaca los beneficios del “Mermagro” en la formación de los estudiantes de Gastronomía Internacional y Tradicional Chilena: “Así saben de qué forma utilizar los productos y cómo hacerlo siendo más amigables con el medio ambiente. Es sólo un granito de arena, no vamos a cambiar el desastre que hay en el mundo, pero es la forma que tenemos de aportar como escuela de Gastronomía y todo va sumando”. Es así como Santo Tomás Rancagua está a disposición para recibir a otros agricultores que quieran ser parte del proyecto.