School cowboys: violencia escolar azota nuevamente a EEUU
Hace unos días, por enésima vez, tuvimos conocimiento de una nueva matanza en un centro educativo estadounidense. La historia es más o menos la misma, sólo cambia el lugar y los protagonistas: uno o varios chicos con armas de grueso calibre, muy posiblemente estudiantes o ex alumnos del lugar, entran y disparan, asesinando violentamente a sus compañeros. Luego viene el duelo y las respectivas muestras de dolor, junto con la necesaria discusión mediática, social y política sobre las leyes de posesión de armas que rigen en el país del norte.
Así tenemos por ejemplo la matanza de Columbine (1999), con documental y Oscar incluido, Virginia Tech (2011), la Escuela Secundaria Chardon (2012), o la Escuela Primaria Sandy Hook (2012), por mencionar algunos ejemplos recientes. Sin embargo, pese a lo reiterativo de la noticia, no dejan de impactarnos y entristecernos aquellas desgarradoras imágenes de dolor y conmoción que nos llegan a través de la televisión.
En este caso ocurrió en Parkland, pequeña ciudad cerca de Miami. El protagonista se llama Nikolas Cruz, un chico 19 años, ex alumno del centro, y al parecer con problemas mentales. Fue detenido hora y media después del tiroteo, luego de huir del lugar confundiéndose con otros estudiantes, tras pasar a comer una hamburguesa al McDonald’s. Él mismo reconoció posteriormente ante la jueza haber sido el autor material de los hechos.
El FBI reconoció haber recibido un par de alertas anticipadamente y no haber seguido el protocolo que hubiese podido evitar esta tragedia. Dos hechos a destacar en este caso: primero, el mea culpa inmediato de la institución federal de investigación y segundo, los niveles de autocrítica y transparencia, propios de la cultura norteamericana. Ahí tenemos innumerables manifestaciones culturales al respecto: películas, reportajes, documentales, protestas, movilizaciones, campañas, etc.
La segunda enmienda de la Constitución de los Estados Unidos garantiza el derecho para portar armas a todos sus ciudadanos mayores de edad, que no tengan problemas psicológicos ni antecedentes penales. Los propios orígenes de la nación se fundan sobre este derecho: la posesión de armas permitió a los colonos levantarse contra su majestad británica el Rey Jorge, primero, y posteriormente expandirse hacia el oeste.
¿Qué dirían los Padres Fundadores sobre estos tristes acontecimientos?, ¿Qué diría Washington, Jefferson o Franklin?
Hoy en día el debate sobre armas en Estados Unidos está cruzado por el poderoso lobby de la Asociación Nacional del Rifle, siendo durante muchos años el veterano actor Charlton Heston su cara más visible, que cuenta con el apoyo mayoritario del Partido Republicano.
Para el caso estadounidense, la gran pregunta es ¿cómo conciliar el derecho a tener y portar armas – consagrado en su Constitución – con la protección y seguridad de las personas, especialmente niños y jóvenes en centros educativos? Un debate, aún necesario y pendiente.