Con más de 11 años en la institución, Gastón Ibáñez recibió el especial reconocimiento por su aporte en la formación de los estudiantes y su calidad humana.

Una marcada preocupación por el bienestar integral de sus alumnos que va mucho más allá del rendimiento académico en la formación profesional, sumado a un alto nivel de compromiso con la institución fue lo que hizo que el Jefe de Carrera de Preparador Físico del Centro de Formación Técnica Santo Tomás Talca, Gastón Ibáñez, recibiera el Premio al Mérito Santo Tomás 2018.

¿Qué le parece haber sido elegido para este importante reconocimiento?

“Fue una linda sorpresa que no tenía contemplada. Son actividades que son importantes para nuestra institución, pero muchas veces uno con los quehaceres diarios no les presta suficiente atención ni tampoco piensa que lo pueden postular o de qué forma puede llegar a obtener este premio tan significativo para el tema profesional y humano de las personas que trabajamos acá. Cuando me informaron junto a la plana directiva, fue sumamente grato porque a pesar que son nuestros jefes también tengo personas muy cercanas y que te demuestren el cariño y el afecto de esa forma es muy emocionante”.

¿Cómo ha sido su desarrollo profesional dentro de Santo Tomás?

“Llegué el año 2007 trabajando entre el Colegio Santo Tomás y en las tardes en la Coordinación de deportes. Luego cien por ciento fue en el 2010 cuando llegué a hacerme cargo de la Coordinación de Deportes de la Institución hasta que el año 2015 asumo un nuevo desafío con la carrera de Preparador Físico, la cual me volvió a mis orígenes de ser docente, estar cercano a los alumnos. Todos los sacrificios que tuve desde que comencé mi carrera se ven compensados cuando sientes que alcanzaste el éxito como ahora al recibir este premio de una institución tan grande como es Santo Tomás. Aquí hay muy buenas personas entonces que te premien de esta manera y lo demuestren es muy satisfactorio”.

¿A su juicio cuáles cree que son los atributos que se consideraron para darle este premio?

“Es difícil hablar  de uno mismo, pero creo que como persona uno siempre debe ser honesto, transparente y sincero con lo que hace. A la larga esas son las cosas que se premian cuando los demás se dan cuenta que eres de una sola línea. Yo soy de Linares del campo, entonces para mí la palabra sí tiene un valor especial más que escribir un correo u otra cosa. Y eso mismo es lo que trato de inculcarle a mis profesores y alumnos”.

¿Siente que esta forma especial de ser ha logrado transmitirla a sus alumnos?

“Cien por ciento. Nosotros vivimos en un mundo tecnológico, muy rápido donde a veces no nos damos ni cuenta quién va a nuestro lado en la micro o el bus, entonces esos pequeños momentos que tienes para contarle tus vivencias a los alumnos, para que sepan que a pesar que te vean como figura de autoridad has vivido lo mismo por lo que ellos pasan, es lo que valoran. Ellos muchas veces en sus casas no tienen tiempo de expresar lo que sienten realmente y con nosotros sienten el apoyo que muchas veces necesitan. Aquí los valores se aplican desde el día que entran hasta que se van y se van contentos porque sienten que han marcado la diferencia”.

En su calidad de Premio al Mérito 2018, ¿Qué mensaje dejaría a los demás colaboradores?

“Les recordaría que estamos trabajando con niños muy vulnerables por lo tanto cuando ellos se acercan con algún problema tomémonos el tiempo para escucharlos, apoyémoslos y no le cerremos la puerta en la cara porque no hay tiempo. Todos tenemos problemas, pero esta profesión es así, estamos en este camino para dejar alguna huella. En la educación el logro en los niños nunca se va a ver en el corto plazo, se verá en el largo plazo, en algún momento tendrán que tomar decisiones importante y se van a acordar de lo que el profesor les dijo y ahí va a aparecer realmente la huella que le dejaste a ese alumno. A mis colegas les diría que hay que seguir adelante porque si este año el premio fue para mí, lo más seguro es que habrá más premios y personas igual de valoradas en la institución. Los premios no se buscan, llegan solos”.

¿Cuál es la huella que le gustaría dejar en Santo Tomás?

“Que te recuerden como una buena persona, para mí eso es clave. El tema profesional se va dando y uno lo está buscando ser mejor a cada rato. Creo que hay que destacar por ser honesto, una persona en la que no encontrarás un doble standard o una mala palabra, que si compromete su palabra la mantendrá hasta el final, un buen amigo y a eso sumarle el tema profesional sintiendo que uno ha sido parte del crecimiento de esta institución”.

Por lo pronto Gastón Ibáñez continúa a diario enfocando todos sus esfuerzos en la formación de los alumnos de Preparador Físico, sin perder de vista que el mayor triunfo de todos es instalar valores esos estudiantes que serán capaces de hacerlos aflorar cuando deban enfrentarse al mundo solos. Por mientras no deben preocuparse porque mientras permanezcan en Santo Tomás siempre habrá un oído para escucharlos, un abrazo para contenerlos y un buen consejo para seguir adelante.