Directora de Terapia Ocupacional UST Santiago entrega detalles del primer Proceso de Acreditación de la carrera

Carolina Leiva Contardo destaca que enfrentan “un importante desafío” y que pretenden lograr “un sólido proceso de autoevaluación y mejora continua”. 

“Ha sido un proceso de trabajo sistemático, de autoevaluación y, por lo tanto, de revisión de las diferentes acciones que se realizan en relación a la implementación del plan de estudios vigente y de las estrategias desplegadas para el desarrollo de la escuela”. Con estas palabras explica Carolina Leiva Contardo, Directora de la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad Santo Tomás Santiago, la labor que están realizando de cara a su primer Proceso de Acreditación.

La académica afirma que “este ejercicio nos ha permitido revisar y reflexionar respecto a los lineamientos que hemos seguido conforme al Plan Estratégico Institucional, el Plan de Desarrollo como Facultad de Salud y el Plan de Acción de Sede, a fin de lograr un programa de pregrado coherente con lo desarrollado a nivel institucional”.

“Tenemos un importante desafío, considerando que es primera vez que nos presentamos a acreditación como carrera y que, además, las carreras de la Facultad de Salud se encuentran acreditadas y reacreditadas”.

El objetivo de la Escuela, asegura, es lograr “un sólido proceso de autoevaluación y mejora continua para un Programa de Pregrado, aun cuando estamos conscientes que en este primer proceso que enfrentamos es posible presentar aspectos necesarios de mejorar o, bien, fortalecer, para acceder al plazo máximo que se otorga”.

Factores a favor

Para Carolina Leiva Contardo, una de las fortalezas para lograr una posible acreditación es “disponer a nivel institucional de rol de Coordinador Nacional de la Escuela, que permite velar por la homogeneización de los procesos y por el cumplimiento de los estándares, como carrera, en términos de campo clínico, equipamiento, recursos bibliográficos, entre otros”.

Otro de los factores que considera favorables es “contar con un Comité Ejecutivo, representado por tres sedes en que se imparte la carrera, además de la Coordinación Nacional y Decanato, que permite sancionar en equipo decisiones relevantes para el adecuado funcionamiento de la escuela. Así como también un Comité Curricular que, de manera sistemática, realiza revisión de documentos centrales como programas y planificaciones, que permite una mejora permanente en el plan de estudios y en los procesos de enseñanza y aprendizaje”.

La Académica también destaca como un punto relevante el hecho de “participar de la examinación nacional de asignaturas troncales, que permite asegurar, de manera sistemática, la calidad de la enseñanza y asegurar que los programas de asignaturas sean desarrollados de manera similar en las diferentes sedes, favoreciendo el aprendizaje de los estudiantes a nivel nacional”.

Los alumnos

Según afirma Carolina Leiva Contardo, los estudiantes juegan un rol fundamental “en este proceso, tanto en autoevaluación, a través de la participación de diferentes actividades que son convocados para manifestar su percepción y su retroalimentación, respecto al plan de estudios, así como en la visita de pares al enfrentar el proceso de acreditación, ya que son los alumnos el eje central de nuestro programa y, por lo tanto, los beneficiarios directos de un plan de estudios que incide en su formación profesional y posterior empleabilidad”.

Fortaleza y sello de la carrera

La Directora de Escuela asegura que una de las principales fortalezas de la carrera “es el perfil de egreso claro y definido, que responde a las exigencias del contexto social, así como un plan de estudios que permite desarrollar competencias de manera progresiva y prácticas en terreno que permite al estudiante la experiencia de interactuar con personas y grupos que, posteriormente, serán sujetos de atención profesional”.

“Las asignaturas responden no solamente a la formación disciplinar, sino que también a la contingencia de los problemas de salud de la población y que forman parte de las políticas públicas, que permiten la intervención, por ejemplo, con adultos mayores, con jóvenes con conductas infractoras de ley, con personas con consumo problemáticos de sustancias, en contextos clínicos y comunitarios, así como también en inclusión escolar y laboral”.

Finalmente, Carolina Leiva Contardo sentencia que el sello de Terapia Ocupacional de la UST Santiago es el contar con “un plan de estudios con fuerte formación valórica, con orientación biopsicosocial y la representación en diferentes sedes del país, que permiten cubrir las necesidades de formación profesional en la macrozona norte, centro y sur del país”.