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“Ser reconocida como estudiante es muy importante y por sobre todo en un año difícil en donde tuve que aprender muchas cosas”Estudiante Sello Santo Tomás UST Santiago: “Es un premio para sentirse orgulloso realmente”
Jazmín Aiyelef Aragon cursa Cuarto Año de la Carrera de Trabajo Social Vespertino y fue distinguida con la versión 2020 del Premio Sello Santo Tomás. “Que te premien por lo que tú eres tiene mucho más valor que lo hagan por un par de notas, porque las notas no hacen a las personas”, afirmó.
“Este premio me hace sentir muy orgullosa. Súper orgullosa, porque no está enfocado en sacarme buenas notas, sino que en mis valores, por lo que yo soy, por lo que hago, por lo que yo valgo como persona. Eso me hace sentir orgullosa. Es un premio para sentirse orgulloso realmente. Que te premien por lo que tú eres tiene mucho más valor que lo hagan por un par de notas, porque las notas no hacen a las personas”.
Las palabras corresponden a una emocionada Jazmín Aiyelef Aragon, estudiante de la Carrera de Trabajo Social Vespertino de la Universidad Santo Tomás Santiago, quien fue galardonada como la flamante Premio Sello Santo Tomás 2020 en una ceremonia que contó con la participación de Plinio Gecele, Director Académico, Paula Virgilio, Directora de la DAE, Juliette Plaza, Jefa de Carrera Vespertino, y Cosme Farfán, Director de Carrera.
Para la estudiante tomasina, este premio significa mucho, ya que “muchas veces quise tirar la toalla como delegada, como parte del comité curricular, más que nada porque todo lo que uno hace en el día, en algún momento, te supera. Sin embargo, el no tirar la toalla dio frutos«.
«Económicamente me ayuda un montón. Yo tengo dos hijos, soy casada y los gastos que uno tiene son altos. Entonces, este premio es una ayuda tremenda al no tener que pagar la universidad este año”.
Asimismo, recalcó el tremendo valor que tiene para ella este reconocimiento el hecho que ”mi Jefa de Carrera, Juliette; Paula Virgilio de la DAE; el Rector y autoridades se pusieran de acuerdo para darme esta sorpresa».
«Fue ‘cuático’. Uno es uno más de la universidad, entonces, en qué momento llegué a ser parte de esto. Todas las cosas que hago, las hago de corazón, porque me gusta participar y ayudar, pero jamás las hago pensando en que alguien me observa para premiarme”.
Alegría familiar
Jazmín nunca sospechó de la noticia que le tenían las autoridades de la UST Santiago, mucho menos su familia, conformada por su marido y sus dos hijos, de 5 y 10 años. “Todos en la Universidad se pusieron de acuerdo para darme esta tremenda sorpresa. Toda mi familia estaba súper contenta y me felicitaban”, afirmó.
“Estaba muy emocionaba cuando me contaron que me había ganado el Premio Sello Santo Tomás. No lo conocía y cuando me contaron lo que significaba fue súper emocionante saber que te premiaban por ese tipo de cosas. Y cuando me dijeron que incluía una Beca, nada más que pedir. Estaba sobrada de cariño«, aseguró.
«Venía de unos meses bien malos, de varias pérdidas, incluido mi perrito que era como un hijo más. Como que tenía una nube negra encima y cuando me entero de esto, dije que algo bueno tenía que venir, cómo todo iba a ser tan malo”.
Además, la estudiante de Trabajo Social contó que “al enterarse de este premio, mi hijo de 5 estaba feliz por el premio, pero la de 10 años entendió mucho lo que significaba».
«Con esto a ella le digo, con hechos, que sí se puede, que aunque sea adulta puedo entrar a estudiar una carrera universitaria, sí puedo estudiar y encima ganar un premio. Le digo que sí se puede, que ella puede y estudiando va a lograr cosas. Con empeño va a lograr lo que ella quiera”.
“Justo ese día estaban todos en mi casa esperándome. Estaba mi esposo, mis hijos, mi mamá. Cuando llegué a contarles me puse a llorar y ellos lloraron conmigo de la emoción. Fue súper emotivo todo, desde que supe la noticia hasta que llegué a contarle a mi familia. Muy lindo todo”, destacó Jazmín.
Esfuerzo, organización, sueños
No es fácil estudiar una carrera vespertina y bien lo sabe Jazmín, quien aseguró que se ha debido “esforzar el doble. En un principio casi ni veía a mis hijos. Trabaja de 8.15 a 17:15 horas y de ahí me venía directo a la UST, porque yo vivo en El Bosque. Llegaba a mi casa como a las 23:00 horas y casi no los veía (sus hijos). Los veía solo el día domingo, porque estudiábamos hasta el día sábado y me quedaba hasta tarde”.
También contó que fue el primer año de carrera el más duro, pero luego entendió que “no podía exigirme tanto, debía darme mis tiempos y organizarme. Encontré las formas de estudiar, porque hay menos tiempo. Aprendí a organizarme. Pero al principio, en primer año, fue terrible y me costó mucho. Sufría por no ver a mis hijos».
«Vengo de una familia súper exigente. Mi papá siempre me decía que yo podía, que era capaz. Entonces, cuando entré a la UST fui exigente conmigo misma, pero ya después me ordené y ya no me estreso”.
“Muchas veces pensé en bajar los brazos, en desistir, en congelar la carrera, pero al fin y al cabo, siempre uno ve un futuro más allá. Yo tengo dos hijos, mi esposo y quiero tener mi casa, mi propio lugar, cumplir mis sueños y de la única forma, para mí, era estudiando, sacar esta carrera y de ahí en adelante solo avanzar. Si yo congelaba era retroceder. Lo que uno tiene que pensar es en no retroceder, ya que aplazas tus logros, tus sueños. Entonces, a no bajar los brazos, porque uno tiene que cumplir sus sueños”, sentenció.