Alumna del área de Educación fue reconocida por Dirección de Formación e Identidad

Tras las ceremonias de investidura, donde la joven compartió un discurso en representación de sus pares, el Director de Formación e Identidad Carlos Musa entrevistó a la joven para conocer más sobre su experiencia y paso por Santo Tomás.

Durante Junio el Centro de Formación Técnica Santo Tomás Puente Alto llevó a cabo ceremonias de investidura, donde los estudiantes de las áreas odontológica, salud y educación vistieron sus uniformes e insignias por primera vez, previo a su ingreso a campos prácticos. Fue en una de estas ceremonias donde Úrsula López, estudiante de Técnico en Educación Parvularia 1° y 2° básico brindó el discurso en representación de sus pares.

«Dar a cada uno lo suyo y no sólo pensando en dar dinero, sino antes que todo, dar amor». Con estas palabras de San Alberto Hurtado Úrsula comenzó su discurso en el que enfatizó la necesidad de agregar cariño en el quehacer propio de sus futuras profesiones.

«Dar amor es entregar sin temor lo mejor de nosotros, desde un sentido simple pero auténtico, haciendo sentir al otro alegría en su esencia pura», destacó en aquella ceremonia.

Mientras sus palabras avanzaban, bajo la atenta mirada de sus compañeros y autoridades de la sede, la estudiante hizo un llamado a brindar amor y paciencia en el ejercicio de sus funciones, no sólo en el área de educación, sino en toda área donde un Tomasino vaya a incorporar.

Fueron estas palabras y este llamado, inspirado en los valores tomasinos, los que llamaron la atención del Director de Formación e Identidad, Carlos Musa, quien mas tarde entrevistó a la estudiante para conocer más sobre su vivencia e inspiración para su discurso.

«Desde que llegué a Santo Tomás sentí amor, siempre me sentí acogida, desde el cariño, me sentí cómoda y con el Tema Sello me sentí identificada y creo que la base de esta institución es el amor, eso me inspiró a compartir estas palabras con mis compañeras y compañeros».

Finalmente, hizo un llamado a la empatía y -tal como dice San Alberto Hurtado- dar hasta que duela «porque esos actos quedan en el corazón».