32 Estudiantes de la carrera de Técnico en Educación Parvularia 1° y 2° básico de Santo Tomás Copiapó recibieron su investidura

Ceremonia es parte del inicio del proceso de prácticas que deberán desarrollar las alumnas en las próximas semanas.

32 estudiantes de la carrera de Técnico en Educación Parvularia 1° y 2° Básico de Santo Tomás Copiapó, fueron las protagonistas principales de la ceremonia de investidura de esta carrera, la cual marca un hito en su proceso de estudios.

Por su parte, la Jefa de Carrera de Técnico en Educación de Párvulos 1° y 2° Básico, Marcela Campillay, comentó que “la investidura es un momento muy esperado por las estudiantes, es una ceremonia en la cual se reconocen sus competencias para poder ir a terreno a poner en práctica, todo lo aprendido en la teoría, que tuvieron en los semestres anteriores, el ser revestidas con su uniforme significa que ya están siendo consideradas agentes educativos en sus centros de práctica y es un hito lleno de emociones y nerviosismo, tanto para ellas como para sus familias”.

Sobre esta ceremonia, una de las estudiantes, Olga Ramírez, comentó que “estoy muy orgullosa, ha sido un camino complicado, cuesta, pero es un gran logro para todas nosotras”.

En tanto, otras de las estudiantes, Catherine Carvajal Madariaga, manifestó que “tengo mezcla de emoción, orgullo. Todo esfuerzo vale la pena y estoy muy orgullosa de lo que he logrado y estoy muy agradecida de mis profesores porque sin su ayuda no podría estar acá”.

Cabe destacar, que quienes estudian esta carrera trabajan en forma colaborativa con los y las Educadores de Párvulos y otros profesionales del área, participando directamente de los procesos formativos de niños y niñas de educación parvularia y de los primeros niveles de educación básica, incorporando elementos de las últimas tendencias en materia de educación inicial, neurociencia, inclusión y los lineamientos de las actuales políticas públicas. Este profesional colabora con el proceso de planificación y ejecución de experiencias de aprendizaje en los distintos niveles y contextos de la educación en los primeros años, fortaleciendo el trabajo en la etapa de transición de la educación parvularia hacia el contexto escolar, mejorando los niveles de autonomía e independencia en niños y niñas, potenciando sus habilidades y capacidades, propiciando la participación de la familia y otros agentes de la comunidad.