Estudiantes de Santo Tomás Rancagua realizaron trabajos voluntarios en la Región del Maule

Quince alumnos de diferentes carreras hicieron una pausa en sus vacaciones y se trasladaron a la comuna de Rauco para colaborar con las familias en el mejoramiento de sus viviendas.

Los Trabajos Voluntarios de Santo Tomás se realizan todos los años, en invierno y en verano, con la participación de estudiantes desde Arica a Punta Arenas. Este año 2023 se llevaron a cabo en tres zonas de nuestro país: los estudiantes tomasinos del norte estuvieron en Vicuña, los del centro en Rauco y los del sur en San Ignacio. Es así como los estudiantes de Santo Tomás Rancagua llegaron hasta Rauco, en la Región del Maule, sumándose a más de 100 voluntarios que fueron en ayuda de 28 familias en cuatro localidades de la comuna.

Para la directora de Asuntos Estudiantiles de Santo Tomás Rancagua, Karina Bakx, la motivación principal es aportar con un granito de arena a hacer una transformación para Chile: “Lo que se entrega en el aula, que es sumamente importante para la formación profesional, no es suficiente. Los lugares de trabajo, cuando contratan a una persona, se fijan mucho en sus habilidades blandas, y eso es más importante porque lo técnico se puede aprender, pero esto hay que trabajarlo, cómo llegas a las personas, cómo puedes ser empáticos con otros”.

Voluntarias por primera vez

En lo concreto, los estudiantes realizaron mejoras en las viviendas y construcción de mediaguas, pero el compartir con las familias es lo que más destacan. Deyanira Navarrete Álvarez, estudiante de Técnico en Enfermería, participó por primera vez en estos trabajos: “No sabía muy bien a lo que iba, pero el hecho de ayudar me motivó mucho ya que siempre me ha gustado esto. Junto a mi cuadrilla hicimos revestimiento de cielos en dos habitaciones y cuando terminamos todo el trabajo, la emoción y el cariño que nos entregó la familia a la que ayudamos es algo que realmente me marcó”.

Por su parte, Constanza Manríquez también estudia Técnico en Enfermería y en esta primera experiencia como voluntaria tomasina le tocó construir dos cobertizos e instalar una ventana en la casa de una persona ciega: “Fue una experiencia super linda y gratificante, es una instancia de aprendizaje y solidaridad, son días en los que usamos un poquito de nuestro tiempo para contribuir en el bienestar de las familias que lo necesitan, y a la vez creamos otra familia dentro de la comunidad, aprendemos la importancia del trabajo en equipo y la comunicación”.