En un estudio científico fueron observados pacientes chilenos con dificultad respiratoria aguda, y también un grupo de personas afectadas con el virus en grados leve o moderado. Entre hombres del segmento de gravedad, una de las consecuencias de la infección fue la prevalencia de disfunción eréctil, inclusive cuatro meses después del alta médica.

La investigación fue realizada por los académicos Mario Henriquez Beltrán e Igor Cigarroa, de la Escuela de Kinesiología Universidad Santo Tomás Los Ángeles; Daniel Enos, Jaime Lastra, Estefania Nova y Gonzalo Labarca, de la Universidad de Concepción.

Según pudo constatar este prestigioso grupo de científicos, reconocidos a nivel nacional e internacional, entre las secuelas del COVID-19 que no han sido completamente estudiadas se encuentran las relacionadas con la salud sexual, especialmente la disfunción eréctil.

En este contexto, la disfunción eréctil (DE) se define como: “La incapacidad persistente para alcanzar y conservar lo suficiente una erección, que permita un desempeño sexual satisfactorio”, según se detalla en el artículo publicado por Henriquez, Cigarroa, Enos, Lastra, Nova y Labarca, en la Revista Médica de Chile.

Además, la DE es reconocida como una de las mayores dificultades de salud para los hombres asociándose con problemas de autoestima, también en términos de relación de pareja y calidad de vida.

ANÁLISIS EN LA REGIÓN DEL BIOBÍO
El estudio denominado: “Evaluación de la salud sexual, mental y sueño en hombres chilenos posterior a infección por SARS-CoV-2” se efectuó en personas mayores de 18 años con diagnóstico confirmado de Covid-19 y que cursaron la enfermedad en el Hospital Regional Dr. Guillermo Grant Benavente, de Concepción y en el Complejo Asistencial Dr. Víctor Ríos Ruiz, de la ciudad de Los Ángeles.

La evidencia señaló que el síndrome de distrés respiratorio agudo (SDRA) se manifestó en personas de mayor edad, quienes presentaron más propensión a la fatiga y a cuadros de apnea leve del sueño.

Entre los principales hallazgos de este estudio se confirmó que posterior a la infección por SARS-CoV-2, los hombres con compromiso respiratorio agudo estuvieron más cercanos a desarrollar síntomas asociados a mala salud sexual, mala calidad de vida y sueño poco saludable.

En este orden de ideas, la alta prevalencia de disfunción eréctil se explicaría “debido a que este factor es considerado un marcador sistémico de la salud general, específicamente de la función vascular”, según argumenta el estudio.  Asimismo, esta afección ha permanecido en pacientes recuperados de COVID-19 proyectándose como una posible complicación a largo plazo.

Por otro lado, el COVID-19 podría exacerbar condiciones cardiovasculares preexistentes, pudiendo incrementar el riesgo de disfunción eréctil, considerando además, que el sexo masculino ha sido asociado a casos más severos de infección debido al SARS-CoV2.

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