En Chile, durante el mes de agosto es colocado en valor el concepto de solidaridad considerando la figura del sacerdote católico Alberto Hurtado Cruchaga quien falleció el 18 de agosto del año 1952. Él en su vocación de servicio por las y los más necesitados de su época, invito a poder ayudar de forma desinteresada a sus “patroncitos”. Pero, esta forma de apoyo, inspirada en su creencia religiosa, no era solamente desde lo material, existía una raíz más profunda respecto al por qué ayudar, es decir, este sacerdote jesuita estableció una transformación social desde el poder reconocer a otra persona como alguien igual a mí, no existiendo diferencia entre clases sociales, razas y mujeres/hombres a partir de la solidaridad.

A partir de lo anterior, el padre Hurtado dedicó numerosas reflexiones respecto a la solidaridad y en el capítulo diez del libro “Humanismo Social” menciona lo siguiente: “¡Sal de ti mismo, por favor! Deja de seguir pensando perpetuamente en ti [….]En las conversaciones que sostiene la palabra que sale más veces de su boca es la palabra Yo; siempre Yo, Yo. Tenemos la tendencia innata de referirlo todo a nosotros. Si se nos muestra una fotografía, ¿cuál es el primer personaje que tratamos de descubrir?” Estas palabras que fueron pensadas varias décadas atrás parecen estar muy vigentes en nuestra sociedad actual, porque muchas veces tenemos la tendencia a dejar de lado al Otro, a vivir el día a día construido desde el yo, pero no desde un sí, evidenciando una pérdida de espacios humanos desde el para y con los demás.

En efecto, la solidaridad es un desafío desde el actuar personal y social, más aún, si este concepto lo asociamos a las aulas de Educación Superior de nuestra región, donde estudiantes, docentes, autoridades, administrativos y personal de aseo, comparten un espacio en común, realizando distintas tareas, pero quizás con una pérdida del sentido colectivo, provocando convivencias alejadas de la solidaridad. Por lo tanto, durante este mes de agosto, interroguémonos respecto a ¿Qué es para mí la solidaridad?

 

Por Karla Guajardo Donoso

Directora de Formación e Identidad

Corporación Santo Tomás, sede Temuco