En más de alguna ocasión hemos escuchado o pronunciado la frase “en gustos…no hay nada escrito”. Esta expresión hace mención a que son muchas las posibilidades que tenemos cuando queremos elegir una prenda de vestir, el color de un objeto que nos gusta o asistir a un determinado lugar. Lo anterior, parece ya tener una explicación cuando hablamos de lo diverso que pueden ser los gustos en las personas, pero es una invitación a mirar más allá e interrogarnos respecto a ¿por qué las personas tenemos distintos gustos en función de lo que queremos? La respuesta no es única, porque son varias las perspectivas que podemos encontrar al respecto.

 

En esta búsqueda de responder a la pregunta propuesta, la filosofía reflexiona respecto al por qué de esta diversidad y David Hume en un texto titulado “De la norma del gusto” explora una respuesta mencionando que: “Dado que esta variedad de gustos es evidente incluso para el investigador menos escrupuloso, se hallará al examinarla que es todavía mayor en realidad que en apariencia…Los sentimientos de la gente difieren respecto a la belleza y la deformidad de todo tipo, aunque el discurso general sea el mismo”. Para el autor, nuestra diversidad de gustos tiene directa relación con nuestra diversidad de sentimientos que experimentamos al enfrentarnos ante un objeto, una persona o nosotras (os) mismos, es decir, nuestro sentir es importante y fundamental al momento de optar por algo. En efecto, si consideramos lo descrito por Hume para nuestras vidas deberíamos considerar siempre lo que sentimos y no dejarlo en un segundo, tercer o cuarto lugar.

 

A partir de esta propuesta surge un desafío en el ámbito de Educación Superior en nuestro territorio, donde muchas (os) muchos estudiantes están formándose para ser profesionales y orienta en ocasiones sus gustos académicos movidas (os) por la empleabilidad o generación de recursos, pero no por lo que sus sentimientos les están manifestando al momento de desarrollarse en este espacio educativo. Por lo tanto, es importante motivar a quienes están en este proceso formativo a que descubran ¿qué es lo que sienten? Así, podrán identificar cuáles son sus gustos y sus acciones estarán orientadas a lo que quieren.

Por Javier Huiliñir Curío, docente Formación e Identidad, Santo Tomás, sede Temuco.