Teresa Valenzuela, egresada TENS

“Ser mamá no es impedimento para estudiar”

Desde pequeña quiso ser doctora. Como hija de funcionaria, su infancia la vivió en los pasillos de oncología del Complejo Asistencial Dr. Sótero del Río; donde nació su interés por la salud de las personas.

“Mi mamá es paramédico y recuerdo que había días en los que no tenía con quién dejarme, entonces yo la acompañaba a sus turnos y dormía como un paciente más… siempre me llamó la atención lo que ella hacía y cuando podía, la ayudaba hacer tórulas, por lo que de ahí salió mi interés”, cuenta Teresa Valenzuela, egresada de Técnico en Enfermería de Santo Tomás Puente Alto.

Al cumplir 18 años fue mamá y el alza de la bilirrubina de su hija la volvió a insertar en el mundo médico. “Mi hija Martina quedó hospitalizada y aprendí mucho, como mamá me enseñaron el lavado quirúrgico de manos, porque era hasta el codo; luego le dio neumonía y aprendí a nebulizar y ver el oxígeno”, recuerda.

Fue en esa época donde se desempeñó como auxiliar de servicio en el hospital y vio como su vocación la volvía a llamar.

“No me molestaba preocuparme de la limpieza, pero no era lo mío. Estaba ahí, en el hospital, pero no era lo mío y una enfermera me recomendó acercarme a Santo Tomás y preguntar por los requisitos de matrícula para convertirme en Técnico en Enfermería de Nivel Superior y así volver como profesional”.

Ser alumna y madre al mismo tiempo

Corría el año 2015, su hija tenía dos años, había logrado conseguir extensión horaria en un jardín infantil, conseguido un trabajo part-time para fines de semana y en medio de esta agenda Teresa comenzó a estudiar.

“Fueron dos años y medio y se sintieron… de hecho, el último año de mi carrera, Martina estaba en pre-kinder y eso significaba estudiar, hacer tareas, disertaciones y aparte ser mamá y alumna, entonces estuve entre mi examen de título, la cuncuna amarilla y las vocales”, cuenta entre risas.

Durante los dos años y medio también hubo momentos en los que Teresa se cuestionó y pensó dejar la carrera, pero finalmente logró continuar y cerró el ciclo siendo reconocida por su rendimiento académico.

“Hubo días en que tuve que ir a clases con mi hija y lo más duro era la locomoción, porque micro llena, con la niña en brazos, su mochila y mi mochila, era complicado y ahí te cuestionas por qué exponerla a esto, por qué exponerla al frío, o me cuestionaba si valía la pena estudiar en vez de ser mamá, pero cuando tu quieres, cuando te apasiona algo, entonces tú puedes”.

Esfuerzo y perseverancia: las claves del éxito

Gracias a su esfuerzo y red de apoyo, que incluye al jardín infantil, Teresa sacó adelante su vocación y su carrera.

“Ser mamá no es impedimento para estudiar. Se puede estudiar cuando uno quiere, cuando uno deja de lado las limitaciones que se impone; yo muchas veces quise rendirme, eran muchas las responsabilidades, pero en todo camino hay dificultades y este era mi sueño”.

El esfuerzo y perseverancia de esta alumna, ahora titulada de la carrera Técnico en Enfermería, le significó incluso representar a sus compañeros en el discurso que compartió en su ceremonia de titulación; uno que emocionó no sólo a padres y apoderados, sino también al cuerpo docente y directivo.

“Di el discurso en representación de mis compañeros, estaba nerviosa, pero me centré en las experiencias que escuché de mis compañeros, no sólo en la mía y me sentí orgullosa de que mis palabras le llegaran a mis compañeros, porque no me titulé con mi grupo, dado que falleció mi abuelita en esa fecha y lo tuve que posponer, entonces me titulé con gente que no conocía, pero igual se emocionó y sonrió recordando experiencias. Vi a la rectora emocionada, a mis profesores y fue un orgullo muy grande, saber que estaba cerrando esta etapa de la mejor forma”.