Camilo Rore Guerrero: “Ingresé a estudiar Derecho en Santo Tomás por principios de conciencia social”

Camilo Rore Guerrero es uno de los tantos egresados que ha aportado al mercado laboral la Escuela de Derecho de Universidad Santo Tomás sede Viña del Mar. Hoy se desempeña en la Defensoría Penal Pública de Quilpué, lugar desde donde relató distintas experiencias y recuerdos de su trayecto por la Educación Superior, tales como el haberse mudado de ciudad, dejando su natal Los Andes, compartir diferentes puntos de vista con compañeros y dialogar con algunos docentes acerca de Litigación.

-¿Por qué eligió estudiar en Santo Tomás Viña del Mar?

“En verdad, fue por una cuestión de ubicación y también por una cuestión económica ya que yo soy de Los Andes y tenía que elegir entre estudiar en Viña o en Santiago”.

-¿Qué experiencias significativas recuerda de su vida universitaria?

“Confieso que Derecho no fue mi primera opción, estaba entre Ciencias Políticas o Sociología. Sin embargo, una vez que ingresé a la carrera me quedó claro que lo que quería hacer era Litigación. Podría decir que ingresé por principios de conciencia social, en el sentido de darle protección de alguna manera a los más desprotegidos. De esa manera, internamente, siento que estoy haciendo lo correcto. Recuerdo que cuando me faltaban pocos años para salir de la universidad se creó la Sala de Litigación y cursamos un ramo allí, lo que me resultó muy útil ya que el hecho de subirme a la tarima con traje y tomar un rol igual que en una obra de teatro, me sirvió para que no me resultara impactante luego en mi vida profesional”.

“Durante la carrera me hice de un amigo con el que estudiábamos juntos, discutíamos nuestros diferentes puntos de vista e ideas para con el entorno y compartíamos lo que traíamos de nuestras casas. También hubo algunos profesores que me motivaron mucho. Asimismo, el haberme tenido que adaptar a ciertas situaciones por vivir lejos de mi casa me fue muy nutritivo en el proceso y aprendí muchas cosas, eso lo valoro mucho”.

-En su vida profesional actual, ¿se encuentra con excompañeros de la universidad?

“Sí, con varios conocidos me he encontrado litigando en el área penal o en la Corte de Apelaciones, en donde vamos abogados de diferentes áreas como Familia, Civil, Tributario. Lo que percibo es que están bien situados profesionalmente”.

-¿Cuál es el rol del defensor público en Chile hoy?

“En el sistema penal hay dos grandes instituciones: el Ministerio Público, que persigue a los delincuentes, y la Defensoría Penal Pública, que de alguna manera presta protección a aquellas personas perseguidas.  Pienso que esta última no hace mucho por mostrar la importancia que tiene tanto para el sistema democrático como en lo particular para un sistema judicial sano y transparente.”

-¿Por qué dice que la Defensoría Penal Pública es importante para la vida democrática?

“El Sistema Judicial Penal actual que partió en el año 2000 aproximadamente difiere del que existía antes, que se basaba en el secretismo. En cambio, en el actual tiene que ser potente la figura del defensor o de la Defensoría porque de alguna manera sólo se pueden garantizar los Derechos Humanos en la medida que exista alguien que haga la voz jurídica técnica de esa persona a la cual el Estado está persiguiendo. Entonces, de no existir esta figura fuerte y potente del defensor penal público, se acaban los Derechos Humanos y entramos en una fase de dictadura -entendiéndola como el abuso del Estado o agentes del Estado frente a los ciudadanos- o apariencia, donde las instituciones se muestran como democráticas, pero no lo son.  Por eso pienso que es muy importante esa figura para sostener un Estado liberal, democrático y de derecho”.

-¿Qué consejo le daría a una persona que quiere estudiar Derecho?

“Que lo haga por convicción y no por el rótulo que se le da a la profesión. Pienso que es importante al momento de empezar la universidad tener razones y motivos que a uno lo movilicen”.