Ya hemos comenzado el mes de marzo y volvemos a las actividades escolares. Nuevamente comienza nuestra rutina después de un verano de buen tiempo, descanso, juegos y libertad. Para los niños es difícil retomar hábitos de manera autónoma ya que no todos tienen la edad y la madurez suficiente para ello.  Por eso es importante las dos primeras semanas, periodo de adaptación donde se retoma la costumbre de acostar a nuestros hijos temprano, procurando un oportuno descanso y estableciendo horarios fijos.

Tanto padres como cuidadores deben procurar acompañar y guiar a los niños en estas rutinas que permitan su desarrollo adecuado y en armonía, atendiendo a que esto no tiene porque ser un proceso que involucre momentos tensos ni aburridos; podemos crear rutinas amigables y entretenidas donde ellos se sientan parte de la actividad, con los miembros de la familia que también participan.

La recomendación es establecer horarios de descanso para dormir por la noche de 10 a 11 horas en etapa escolar, generando un ambiente tranquilo al menos 2 horas antes del horario de dormir; menos ruidos, menos luces, actividades tranquilas, baño o ducha, ropa adecuada y finalizar con un cuento o lectura en conjunto. La alimentación debe ser variada (según lo recomendado por nutricionistas y pediatras), con horarios establecidos y sentados en la mesa (sin pantallas) que permita tener el tiempo y espacio de conversación para compartir experiencias. Rutina de higiene por las mañanas, tardes y noches, manteniendo la relevancia que tiene el lavado de manos y cepillado dental.

Estas rutinas de actividades básicas no deben variar entre los días hábiles de los fines de semana. Promover espacios de tareas, estudio y lectura, una vez que los niños lleguen del colegio y ya estén cómodos en sus casas, tras un tiempo prudente de ocio y juego para recrearse. Siempre será recomendable promover actividades deportivas y de expresión artística en los escolares, así como participar de talleres científicos. No olvidar permitir que los niños jueguen con amigos fuera del contexto escolar y que participen de eventos sociales como los entretenidos cumpleaños. Toda experiencia suma para su desarrollo.

En consecuencia, la rutina de descanso y juego, alimentación, actividades complementarias, espacios de reunión y comunicación familiar y hábitos de higiene, podrán mantener a los niños preparados para un desarrollo y aprendizaje escolar óptimo, así como promover un crecimiento sano.