Para estas festividades, debemos replantearnos la importancia o significado de lo que realmente se celebra y que tiene que ver con el nacimiento de Jesucristo. Por lo que el llamado es hacer un alto en la forma que tenemos de vivir la vida y de cómo queremos celebrar esta Navidad.

La sencillez, el recogimiento y la conciencia social son, en parte, lo que hoy se ha generado en nuestro país, y claramente será lo que nos va a primar para esta Navidad. Nos damos cuenta de que el consumismo innecesario no es progreso, y que ese mal maquillaje que nos habíamos colocado en las últimas décadas claramente no es la verdadera felicidad.  Estamos en una reestructuración, en un giro de lo que nos representa como sociedad chilena, en un querer se mejores personas, más sinceros y realistas. Pareciera ser que esta Navidad en Chile si será diferente, con énfasis en la empatía, la solidaridad, bondad y generosidad, más austera y consiente, en donde queremos develar lo importante que somos todos y cada uno de los ciudadanos, sin importar las diferencias.

En lo que ha transcurrido en este último trimestre, hemos apreciado un inicio de festividades diferentes. La primera mirada tiene que ver con la apertura del pensamiento crítico que surge con los nuevos escenarios, se han generado posibilidades de diálogo, nos hemos ido saliendo de la atomización que vivíamos paradojalmente con todo al alcance tecnológico caíamos en este individualismo y desconexión. Surgieron nuevas consultas ciudadanas, con espacios de participación en materias sociales y los municipios han querido estar presentes para replantear las futuras políticas comunales con nuevas propuestas que incluyen a la ciudadanía. Ya en varios municipios se han suspendido las celebraciones de Navidad y de Año Nuevo con un surgimiento de instancias de introspección y de revisión de lo que veníamos haciendo, con nuevos espacios de arte callejero con más énfasis en la co-construcción sociocultural.

Por parte de las autoridades del país y de los empresarios, también se han ido generando nuevos cambios, probablemente hemos visto nuevas formas de entregar aguinaldos o bonos navideños, de otorgar un beneficio con un manto de quietud y en búsqueda del equilibrio. Atrás quedaron esas navidades en exceso de consumismo, las grandes marcas y en grandes tiendas, han sido reemplazadas por un comercio local, más cercano a la familia. Se observa una baja creciente del 20% en el comercio de las grandes tiendas, situación que no podemos juzgar, pero que nos va a ir mostrando el giro en la forma en que se instala un nuevo comercio, por ejemplo, respetando los horarios de ventas con horarios prudentes para el beneficio de las familias y del descanso.

Pareciera ser que el nuevo foco es volver a humanizarnos, en ser coherentes entre lo que Chile vive y lo que haremos para no contradecir esta nueva forma de vivir bajo una mirada del colectivo social, donde no podemos ser jueces de nadie, solo comprender que nuestro propósito es creer, amar y reconocernos en el prójimo.