TPP: Oportunidades y desafíos para la capital minera de Chile
Desde el mes pasado que entró en vigor en nuestro país el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés). De acuerdo con la información que se encuentra en la página de la Subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales (SUBREI) de nuestro país, se informa que el tratado es un acuerdo de integración económica plurilateral en la región de Asia Pacífico. Además, abarca diversos aspectos vinculados a la política comercial, por ejemplo, acceso a mercado en bienes, facilitación de comercio, compras públicas, propiedad intelectual, servicios, comercio electrónico, inversiones, medioambiente, asuntos laborales, entre otros.
En este acuerdo comercial participan once países: Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, y entre sus objetivos destacan promover la integración económica, establecer marcos legales predecibles para el comercio, facilitar el comercio regional, promover el crecimiento sostenible, entre otros.
De los datos y antecedentes económicos- comerciales de línea base que se tienen (SUBREI); y, a partir de ello, que permitan proyectar mejores perspectivas de crecimiento económico – en el mediano y largo plazo- y por ende incrementar el desarrollo social y calidad de vida de nuestro país, debemos considerar:
- En 2021, los países miembros del CPTPP representaron el 6,7% de la población mundial, el 12,2% del PIB global y el 14,8% del intercambio comercial mundial.
- Chile es el único país del CPTPP que cuenta con acuerdos comerciales con el resto de los 10 países que lo integran.
- En 2022, el monto exportado por Chile a este bloque representó el 14% del total enviado por nuestro país al mundo. En cuanto a las importaciones desde el bloque, estas fueron equivalentes al 8,6% del total importado.
- En materia inversiones, los miembros del CPTPP representan cerca del 34% del stock de la inversión extranjera en Chile a 2021, mientras que un 31% de las inversiones chilenas en el exterior.
- Considerando las concesiones arancelarias ya contenidas en los acuerdos bilaterales y plurilaterales, el CPTPP ofrece rebajas en 100 líneas arancelarias de Canadá, 1.052 de Japón, 663 de Malasia y 1.115 de Vietnam, sumando 2.930 líneas arancelarias que presentan algún tipo de preferencia.
- De estas 2.930 líneas arancelarias pasan a 1.228 subpartidas o productos de las cuales un 48% se ubica en la manufactura, un 33% en el rubro agropecuario y un 15% en la pesca y acuicultura.
De acuerdo con indicadores macroeconómicos comparativos de nuestro país con los países miembros del tratado tenemos:
De las cifras que muestra el cuadro anterior sobre indicadores macroeconómicos, se aprecia que hay un gran espacio – en función de la operatividad y en régimen la aplicación del tratado-, para un crecimiento más sustantivo en el intercambio comercial entre los países miembros, más allá del crecimiento promedio anual de 5,4% considerando importaciones y exportaciones. Esto implica que tenemos un gran desafío – como país-, en la industria – en general-: aumentar su competitividad, incorporando procesos modernos de fabricación con tecnología de punta, fortalecimiento de las competencias de los trabajadores a través de actividades de perfeccionamiento, de capacitación; junto a la incorporación de una moderna gestión empresarial; acompañado esto de Políticas Públicas que favorezcan la inversión.
En relación con las partidas del comercio bilateral de Chile – CPTPP año 2022; y, en específico principales productos exportados, se aprecia en el cuadro siguiente que la partida más importante del total de este, la representa el sector minero. Esto implica que se incrementarán las oportunidades de seguir contribuyendo a las exportaciones totales por parte del sector minero con este tratado.
Al respecto, el desafío más importante lo representa la profundización del Clúster Minero, modelo sistémico de desarrollo económico – social en torno a la industria minera, con una perspectiva inclusiva de todos los sectores económicos de la Región de Antofagasta. Este modelo tiene significativos avances en las dos últimas décadas, pero presenta rezagos en algo fundamental: coordinación público – privada.
Ello comienza con fortalecer las confianzas entre los distintos actores que forman parte de este importante ecosistema y encadenamiento productivo. Esto se produce fundamentalmente porque todavía hay atisbos de la “mirada” que tenga quien en su momento detenta un cargo gerencial o un cargo determinado en el sector público. Y lo fundamental es que debemos asumir que el Clúster Minero es una Política Pública que trasciende a generaciones de ejecutivos y directivos públicos; que debe seguir profundizándose con la planificación que contiene la Estrategia Regional de Desarrollo, la cual recoge todas las instancias correspondientes de coordinación con el sector privado. Esta estrategia debe reflejar una mayor eficiencia del Estado; por eso, es necesario reimpulsar la Secretaría de Modernización del Estado con la respectiva Agenda de Modernización del Estado y, a su vez, en el sector privado que ha realizado, y sigue realizando, un gran aporte, como ha sido desde siempre la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA). Junto a la AIA tenemos la concurrencia de las asociaciones gremiales empresariales de la mediana y pequeña empresa, para que todo el mundo empresarial esté “codo a codo” trabajando en equipo en la consolidación del clúster minero. A ello hay que agregar a las organizaciones de la sociedad civil y a las Instituciones de Educación Superior.
2.- Hoy la minería enfrenta la cuarta revolución industrial, que impone desafíos y gigantescas oportunidades. Por un lado, las tecnologías digitales abren un espacio de innovación y productividad específico para nuestro emblemático sector, con sus aplicaciones en ámbitos como la realidad virtual, la analítica avanzada, big data, robótica, drones, vehículos autónomos, internet de las cosas, blockchain, etc.
3.- Los nuevos estándares de sustentabilidad del mundo moderno imponen también desafíos y oportunidades en el ámbito económico, social y ambiental, tales como la adaptación al cambio climático, la economía circular, la provisión y el cuidado del agua, de la energía como el hidrógeno verde y de la biodiversidad, la reducción y disposición segura de sus residuos, y la equidad de género.
4.- Materializar las inversiones para satisfacer la potencial demanda en forma eficiente, de manera de aprovechar al máximo las ventajas que ello conlleva. De acuerdo con información de COCHILCO (Comisión Chilena del Cobre) la cartera de inversiones 2020 – 2029 alcanza a US$ 74.047 millones. La materialización de estas inversiones sin duda que contribuirán a aumentar las exportaciones a los países miembros del CTPP y, por supuesto, al crecimiento del país.