El inmediatismo, las nuevas tecnologías y el abuso de la imagen en la realidad social generan una serie de reflexiones que, desde una perspectiva psicológica, se puede dividir en tres grandes pensamientos:

Primero, el tiempo, más específicamente, la idea del tiempo que impera en nosotros como seres humanos, es una concepción  que se ha construido preponderantemente en nuestras vivencias y en las de nuestro entorno, generando una serie de implicancias cotidianas de dicha noción.

El segundo pensamiento, pone en la palestra el novedoso concepto de exterioridad, que surge y se desarrolla vertiginosamente en nuestros tiempos apuntando a ser la contraparte de lo aquello conocido como interioridad. Acá también se planean los efectos concretos que dicho concepto tiene en nuestra vida cotidiana.

Para concluir la trilogía, la última etapa está muy vinculada a la anterior y se concentra en el imperio de la imagen. Más bien, es una reflexión sobre el uso y abuso de la imagen en nuestros días, la proliferación de las pantallas en todos los espacios y tiempos vitales, que han desencadenando en la perdida de la veracidad.

Resulta interesante proponer la idea del cuerpo como lastre, donde la utilización y el abuso de las tecnologías de la comunicación e información han disminuido el umbral de tolerancia al cansancio. El estar frente a una pantalla, sea móvil o no, nos autocondicionamos a muchas horas sin actividad física, más que mover los dedos y ojos, lo que provoca dos fenómenos importantes. Uno, la baja tolerancia del cansancio y dos, el inmediatismo.