Terremotos: Años de experiencia y aún falta por aprender

Respecto del terremoto ocurrido en México hace algunas semanas, quiero plantear dos temas que me llenan de dudas sobre Latinoamérica y Chile en relación a la preparación ante estos eventos catastróficos.

El primer tema es sobre Latinoamérica y la poca conciencia que tiene sobre este tipo de catástrofes y cómo nuestro país debe ser referente en la región. El segundo tema está vinculado a la educación de la mano de obra en las construcciones en Chile con el nuevo proceso de migración.

Chile debe ser referente para la construcción en países sísmicos

El terremoto en México del recién pasado 17 de septiembre, es un acontecimiento lamentable que enluta a todo el mundo y en especial a hispano América. Este terremoto a los ojos de un ciudadano chileno, no es de gran envergadura, esto dada nuestra historia sísmica y principalmente a que nuestra construcción actual tiene un gran prestigio al ser en general de muy buena calidad.

Por eso nos sorprende ver a la región y sus pobres construcciones que han demostrado lo mal preparadas que están las ciudades del resto del continente al tener que asumir catástrofes como estas. Al ver las imágenes que aparecen en los medios de comunicación nos resulta imposible no pensar que pasaría si un sismo como los que tenemos en Chile, afectara zonas más al sur de México.

Al observar la destrucción de Puebla, donde hubo 13 personas fallecidas, o de Morelos donde hubo aproximadamente 87 y las más 190 víctimas en Ciudad de México, la pregunta que surge es a qué se debe esto, si ya al año 2017 la bibliografía sobre construcciones antisísmicas es amplia y existe la tecnología suficiente para que esto no pase.

¿Es un problema de legislación, de mano de obra o de pobreza? Probablemente es un poco de todo, pero un informe de la Agenda Nacional de Riesgos, elaborado por el Centro Nacional de Prevención de Desastres de México (Cenapred), ubica a la pobreza como uno de los problemas neurálgicos asociados a las catástrofes de este tipo. Al menos en México, 40% de las afectaciones ocurren en municipios con altas tasas de marginación, precisa un estudio de esa misma instancia gubernamental.

En ciudad de México, 250.000 viviendas fueron destruidas, es decir 250.000 familias quedaron sin un techo donde poder pernoctar. Ante esta situación México necesita ayuda para aprender de estas catástrofes y avanzar en un desarrollo integral de la cuarta urbe más poblada del planeta. Es ahí donde nuestro país debería ser el primero en ayudar con profesionales que asesoren y que muestren nuestra experiencia en desastres como estos, siendo importante que nuestros ingenieros, arquitectos y geomesores levanten la voz y sean referentes sobre estas situaciones.

Mano de obra extranjera ¿Está calificada?

El segundo punto que me genera dudas es si las políticas de construcciones se incorporan en la formación de la mano de obra inmigrante que llega a trabajar a este rubro en Chile y que muchas veces no tiene experiencia. Por ejemplo, es común encontrar que personas que se dediquen a la construcción de manera autodidacta, los mal llamados “maestros”. Estos tienden en sus proyectos a sobredimensionar las edificaciones porque ellos entienden que en Chile el piso está más vivo que en otras partes.

Hoy el proceso de migración, es un hecho y si no estamos atentos, nuestro “bien construir” podría estar cuestionado. Hermanos colombianos, venezolanos y haitianos son la mano de obra más requerida actualmente en construcción debido a los bajos sueldos que se les pagan, sin embargo, ellos traen otra experiencia constructiva a nuestro país, por ello tanto arquitectos, ingenieros y jornales deben prepararse para poder estar al tanto de cómo se construye acá, y son los profesionales quienes tienen la obligación de enseñarles cuáles son las normas que nos rigen, para así no tener que lamentar en el futuro problemas como los que en estos momentos vive México.