Segregación educativa de niñas y mujeres

Coincidentemente hoy se comunicaron los resultados de la nueva Prueba de Transición Universitaria cuando se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la ciencia, siendo una coyuntura propicia para reflexionar acerca de la segregación y pervivencia de tendencias que pueden bloquear intereses o vocaciones disruptivas a la tradición. Los datos son elocuentes. Al observar la desagregación por sexo, vemos que de acuerdo con datos de matrícula del Ministerio de Educación de Chile (2019) en las universidades el 27% de la matrícula del área del conocimiento “Ingeniería, Industria y Construcción” está representada por mujeres, porcentaje que baja al 12% en los IP y al 9% en los CFT, manteniéndose la segregación horizontal, entendida como la baja participación de mujeres en carreras STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics). Datos del SIES 2018 de matrícula desagregada por sexo muestra diferencias entre especialidades. En las Universidades, las ingenierías más masculinizadas siguen siendo Eléctrica con un 4,8% de matrícula femenina y Mantenimiento Industrial con un 5,7%.

Según estudios nacionales presentados en el último Gender Summit (Sotomayor; Dorador,  Hayashida y Díaz; Arias, Mizala y Meneses) realizado el 2017 en Chile, los principales factores que impiden el ingreso de mujeres a carreras científicas son las expectativas de las familias en torno al género, actitudes sociales sesgadas que debilitarían la construcción de una identidad científica, un entorno académico con creencias basadas en estereotipos de género y la falta de referentes o motivación temprana por las ciencias.

La identidad científica se vincula a creer que la ciencia es un mundo “gobernado” por hombres, mientras que las mujeres deben ejercer en el campo del cuidado o el área de servicios. Las brechas de género en matemáticas se dan principalmente por factores sociales, teniendo en cuenta los efectos que tienen los estereotipos de género en padres/madres y profesores/as, especialmente en expectativas y conceptualizaciones del logro.

Una noticia alentadora es el proceso de creación de una agenda de género del Ministerio de Ciencia, el que contó con una reciente consulta pública. En una investigación en curso (Fondecyt 1180590) hemos podido concluir que incentivar la ciencia en las niñas nos permitirá visualizar un futuro más abierto y proclive al ejercicio del derecho a elegir vocaciones laborales y profesionales libres del sexismo aún vigente.