Según la RAE, “gueto” se refiere a la marginación de un sector por parte de la sociedad, y se convierte en una clasificación social que lo único que hace es marcar de manera negativa a las personas que en ella habitan. Esta palabra ha sido ocupada en la comuna de Estación Central estas últimas semanas debido a la aparición de enormes edificios de viviendas, que son verdaderas islas verticales completamente aisladas de su entorno.

Que aparezcan este tipo de edificios es responsabilidad de varios agentes, el primero es el gobierno local y regional. Al no tener reglas claras para construir, las inmobiliarias pueden hacer lo que estimen conveniente para su rentabilidad. El segundo es la inmobiliaria y sus profesionales, quienes de manera inescrupulosa destruyeron parte de la comuna con una sobreoferta de departamentos. Sin embargo, el motor de esta máquina son los usuarios que eligen vivir acá.

El intendente llamó a las inmobiliarias a autorregularse, lo cual es francamente impensado teniendo en cuenta que la génesis de una empresa es maximizar su rentabilidad. Son las autoridades las encargadas de que esto no ocurra, este hecho no es aislado, desde hace un par de años Santiago vive un crecimiento vertical gigantesco debido a las bonanzas económicas que vivió el país.

Cuando densificamos, debe existir un planeamiento urbano claro que responda a las nuevas necesidades, que establezca cosas básicas como el dimensionamiento de las calles, veredas y redes de suministros, y otras menos evidentes, pero igual de importantes como el derecho de todos a recibir un rayo de sol.

Tenemos una hermosa ciudad que ha ido mutando y creciendo día a día, por ello es necesario entender primero como avanza, censo mediante, para tener una proyección urbana acorde a la realidad.