El cuidado de la salud bucal es indispensable para no contraer enfermedades que pueden afectar dientes, encías y toda la estructura de soporte dentario. Es importante que comience en la infancia desde el primer indicio de erupción dental. De no ser así, el riesgo de contraer caries o enfermedad periodontal, es inminente.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las dos enfermedades bucales más frecuentes en los niños en edad preescolar son: caries y enfermedad periodontal.

¿Cómo se manifiestan las caries y los problemas a las encías?

Caries dental: es una enfermedad infectocontagiosa que se produce por el ataque de bacterias que utilizan los azúcares de la dieta para generar un ácido que corroe el esmalte dental, generando cavidades que terminan por destruir irreversiblemente al diente y provocando desde una sensibilidad leve y pasajera hasta un dolor profundo, intenso y permanente

Enfermedad periodontal: Afecta la encía y la estructura de soporte de los dientes. La acumulación de sarro y placa bacteriana que no ha sido removida por un correcto cepillado gatilla la génesis de esta enfermedad que comienza con inflamación de la encía (gingivitis) y termina comprometiendo a los tejidos que rodean al diente (periodontitis)

Los signos inflamatorios de la encía son visibles, cambia de color rosa opaco a rojo brillante, sangra fácilmente al presionarla, al morder algún alimento duro o cuando nos cepillamos, también cuando hay mal aliento y sabor de boca amargo.

¿Cómo prevenir las caries y los problemas a las encías?

Para que un niño goce de una buena salud bucal es indispensable que los padres tomen medidas de prevención para problemas bucales infantiles desde sus primeros años de vida.

  • Acudir al dentista para recibir orientación sobre cepillado correcto de acuerdo a la edad y etapa de desarrollo del niño.
  • No compartir el cepillo de dientes, porque el sangrado de las encías puede transmitir enfermedades.
  • Renovar el cepillo cada 2 meses.
  • Reforzar el cepillado diario con pasta dental acorde a la edad del niño, después de cada ingesta de alimento.
  • Consumo moderado de alimentos a base de harinas y azúcares refinados, dulces pegajosos o caramelos, así como de bebidas azucaradas.
  • Mantener una alimentación variada y equilibrada.
  • Visitar al dentista en forma periódica, por lo menos cada 6 meses.
  • En caso de usar biberón hay que procurar que el bebé no lo acabe usando como chupete y no acostumbrarlo a dormir con él. En caso de que ya hubiese adquirido ese hábito es necesario asegurarse de que solo contiene agua, limpiarle bien la boca después de la toma y nunca mojar el chupete en miel o azúcar para evitar la llamada caries rampante o de biberón. Este tipo de caries a menudo ocurre cuando se acuesta al bebé con un biberón, incluso con aquellos que contienen leche de fórmula, leche materna o jugo de frutas.