Recambio dentario: Adiós dientes de leche

Entre los 6 y los 8 años los niños enfrentan el inicio del proceso de recambio dentario, con el que le dicen adiós a los dientes de leche y ven aparecer las que serán sus piezas dentales definitivas, por lo que se aconseja vivir este proceso con tranquilidad y con atención para no perder la oportunidad de llamar al ratón o al hada de los dientes.

Entre los seis meses de vida y los dos años y medio, aparecen las piezas temporales o de leche, completando 20 piezas que acompañarán al niño hasta los seis años.

“A esa edad asoman, en la parte posterior, cuatro molares que son definitivos. Es muy importante cuidarlos, por lo que se recomienda asistir al control preventivo de los seis años, que tiene garantía GES”.

Después de la aparición de los molares, entre los 6 y 8 años se inicia el recambio dentario con los incisivos, terminando alrededor de los 13 años con el cambio de los caninos y molares.

Consejos para el recambio dentario

-Si el diente de leche está suelto y no ocasiona dolor ni molestia, el niño al comer lo irá soltando de manera natural.

-No es bueno atar un hilo al diente, ya que puede provocar molestias y situaciones traumáticas, innecesarias para los niños.

-Si se observa la pieza definitiva apareciendo por detrás o por los lados del diente de leche, lo mejor es concurrir al dentista, para que evalúe la situación y proceda con la extracción.

-Si el diente definitivo aparece torcido, puede ocurrir que se enderece por sí solo, pero si esto no ocurre, el odonto-pediatra es el indicado para evaluar el momento oportuno para realizar tratamientos correctivos.

-Se recomienda realizar controles periódicos para que un profesional evalúe el crecimiento y desarrollo dental del niño. En el programa con garantía GES a los seis años, se incluye la atención educativa y preventiva con aplicación de flúor y sellante, además de tapaduras (de ser necesarias).

“Cabe destacar que el cuidado de las piezas permanentes se realiza fomentando el cuidado con cepillado dental, después de cada comida y antes de dormir, bajo la supervisión de un adulto que guíe la correcta ejecución del lavado dental”.

Finalmente, debemos poner atención en que el cepillo dental sea blando y que tenga un tamaño acorde a la edad del niño y que la pasta dental tenga flúor y se use en poca cantidad. Con este hábito dental y las visitas periódicas al dentista, los niños disfrutarán de dientes definitivos sanos.