Qué es la creatividad y cómo desarrollarla

La creatividad es una característica humana única y extraordinaria que se manifiesta en las galerías de arte, salas de concierto, laboratorios científicos, además de las actividades diarias. La creatividad es la habilidad para producir ideas tanto nuevas (originales y únicas) como útiles (apropiadas y con sentido. Los hallazgos en psicología han sugerido que la creatividad es un proceso doble en el que se incluyen componentes generativos y evaluativos, algunos modelos señalan que el proceso creativo comienza con la generación de ideas formadas de manera cruda y asociada, seguido de su exploración a través de la evaluación y testeo. El proceso creativo también ha sido descrito como la “mutación” de un pensamiento en diversas variantes con el fin de generar ideas, evaluarlas, y seleccionar la que mejor se ajusta al contexto. Las actividades artísticas, por ejemplo, se basan en la alternancia entre bosquejos toscos y su crítica para conducir al próximo ciclo generativo-evaluativo. Sin embargo, las correlaciones neurales de esta dicotomía han permanecido largamente desconocidas.

Es legítimo preguntar si las distintas redes neuronales y estructuras cerebrales contribuyen de manera diferencial a la generación y evaluación de la creatividad. Estudios neurocientíficos en la materia han establecido principalmente dos paradigmas: distinciones cerebrales a gran escala (como las diferencias hemisféricas y frontales), y el acople del lóbulo parietal en el pensamiento creativo. Además, existen tres redes que parecen contribuir al pensamiento creativo: la red ejecutiva, mediante su asociación robusta con el control cognitivo; la red por defecto, que es activada en estado de reposo y sin una tarea predeterminada; y la red prominente, que facilita la transición dinámica entre los sistemas por defecto y ejecutivo.

La interacción entre las redes ejecutivas requiere de su fortalecimiento en las primeras etapas del desarrollo cognitivo humano debido a que son las experiencias tempranas las que afectan la calidad de la arquitectura cerebral, estableciendo un cimiento sólido (o frágil) para todo el aprendizaje, la salud y las conductas posteriores. La incorporación de este principio es esencial para el diseño de los actuales sistemas educacionales relacionados a la estimulación de la creatividad en el proceso formativo. En los primeros niveles de la educación, la exploración y la experimentación libre propician la oportunidad para que los estudiantes se familiaricen de manera intuitiva con los materiales, las herramientas, las técnicas y los formatos propios del proceso de aprendizaje. En la medida en que se experimente con dichas herramientas y procedimientos, los individuos harán suyo un repertorio cada vez más amplio de recursos para expresarse y así avanzar hacia una creación más intencionada.

La creatividad en el contexto educativo chileno

El trabajo conjunto entre la neurociencia y la psicología ha contribuido significativamente en la comprensión de la arquitectura neural de los cerebros altamente creativos. Por ejemplo, Guilford (1967) señala que el cerebro tiene la impresionante capacidad de recuperar y combinar la información almacenada de manera flexible para reconstruir experiencias pasadas, imaginar experiencias nuevas que aún no han ocurrido, y generar soluciones creativas para problemas con solución abierta. Esta característica, conocida como pensamiento divergente, vincula la memoria y la simulación episódica para recuperar información desde las regiones de la red central. Investigaciones han mostrado que al efectuar estas dos acciones se activan prácticamente las mismas regiones cerebrales, comprendiendo una gran cantidad de zonas corticales tales como el córtex prefrontal medio, córtex cingular posterior, y lóbulos inferiores parietales bilaterales, entre otras.

En los últimos años, el modelo educacional chileno ha mostrado dificultades para fortalecer el pensamiento divergente, sin duda pilar fundamental para promover la creatividad e innovación en los estudiantes. Los resultados de la prueba internacional PISA (la que consiste en resolver problemas sacados de situaciones diarias y centrada en aspectos claves del proceso educativo) en los años 2012-2014 mostró que los estudiantes chilenos cuentan con competencias mínimas para leer, entender un texto y comprender problemas matemáticos básicos. Ese desafío está limitado por las condiciones mismas del sistema educativo chileno. Por un lado, existe una importancia excesiva a la enseñanza academicista basada en Lenguaje y Matemáticas, como un mecanismo de entrenamiento para enfrentar pruebas estandarizadas como el SIMCE y la PSU (próximamente PAES). Por otro lado, y se potencia negativamente con la anterior, hay una sobrecarga curricular que tiene a profesores y estudiantes amarrados a una camisa de fuerza, inhibiendo los procesos reflexivos y creativos que son de naturaleza humana. Los resultados que vemos en la prueba PISA no son sino la consecuencia de estos enfoques, que limitan la creatividad de los estudiantes.

Cómo promover la creatividad en el aula

Algunas investigaciones han mostrado que el arte, y particularmente la música, ayudan al desarrollo del pensamiento creativo divergente, al usar el diseño de ilustraciones para la cubierta de un libro o aumentando la creatividad musical a lo largo del tiempo enseñando a estudiantes a tocar un instrumento. No obstante, todavía no se ha cuantificado precisamente la efectividad de esta ganancia hacia otros aspectos de la vida diaria.

Las bases curriculares de la educación consideran estas asignaturas en los diferentes ciclos. En la educación parvularia dichas asignaturas juegan un papel crucial al abarcar gran parte del tiempo destinado al desarrollo integral de los infantes, aunque este ciclo carece de profesionales especializados en música y/o artes. Si bien en los ciclos posteriores existen los profesionales en estas materias, la reducción de sus horas en beneficio de la formación contenidista obligatoria genera una disminución en el desarrollo del pensamiento creativo.

Variadas técnicas, y de simple implementación en el aula, han sido planteadas para el fortalecimiento de la creatividad. Por ejemplo, la fundación Arrebol ha realizado una selección de estrategias basadas en investigaciones internacionales que han sido aplicadas en establecimientos educacionales chilenos. Por ejemplo, señala que el ejercicio de simbolizar o iconografiar las ideas implica mayor demanda cognitiva, así como el ejercicio del “garabateo” favorece el aprendizaje a partir del incremento en la concentración y la capacidad de recordar. En este sentido, el dibujo facilita la memoria, ya que es una respuesta concreta y de fácil medición para verificar si algo es aprendido o no. También plantea que la toma de apuntes o notas visuales (“sketchnotes”) han mostrado ser efectivas debido a que permiten hacer un procesamiento cognitivo a partir de lo escuchado, visto o pensado. Las “sketchnotes” tienen la ventaja de evaluar confiablemente si el estudiante adquiere conocimientos, además de permitir que asuma un rol más activo en el proceso de enseñanza, siendo capaz de plasmar los tópicos aprendidos dentro del aula.