No es novedad que la pandemia por Covid-19 ha traído asociado un sinnúmero de modificaciones y adaptaciones. Se ha tenido que cambiar la forma de trabajar y hacer clases; de partida se disminuyeron los desplazamientos a los lugares de estudio y trabajo y se han aumentado las horas frente al computador, siendo esto corroborado cada vez que escuchamos “llevo todo el mañana sentado frente al computador” o “me pase todo el día sentado en reuniones”.

Por esto mismo, es que se han reforzado por parte de las instituciones, la creación de capsulas que motivan a hacer algún tipo de ejercicio físico o a realizar pausas saludables o pausas activas, para lograr hacer un quiebre en la jornada, realizando ejercicios principalmente de elongación para desestresar las zonas corporales que mantienen una mayor tensión por la postura frente al computador. Pero hay algo que, no siendo una novedad, no se ha promocionado en estos tiempos de Pandemia, que es un concepto que nace por lo menos hace unos 25 años en Europa y que luego se introduce en Estados Unidos y que se conoce como “STANDING DESK”. En esencia, es levantar el escritorio para poder trabajar de pie frente al computador.

Teniendo además de esto  algunas evidencias de personajes conocidos a través de la historia, que ya utilizaban este método, como lo menciona Nicolás Boullosa en un artículo del 5 de junio de 2012: “Leonardo da Vinci, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, Charles Dickens, Lewis Carroll, John Dos Passos, Virginia Woolf, Ernest Hemingway y Vladimir Nabokov coincidían, al menos, en una rutina profesional: trabajaban de pie durante horas, a menudo sobre cualquier mobiliario improvisado que les sirviera de escritorio elevado”.

Investigaciones

A través del tiempo y en base a experiencias e investigaciones, el “standing desk” ha podido en cierta manera llegar a establecerse. El ideal no es tener un escritorio elevado fijo, que obligue a sólo poder trabajar de pie, ya que esto también sería contraproducente, si no que permita el alternar el trabajar tanto de pie como sentado. En un principio se hablaba de que el trabajar de pie no lograba ser un aporte significativo para la salud de las personas. Sin embargo, a través del tiempo y de ya varias investigaciones al respecto, se ha coincidido que – aunque sea una actividad física de bajo requerimiento energético – es en sí un aporte a un sinnúmero de beneficios para las personas, siendo una acción más frente a las enfermedades no transmisibles generadas por el sedentarismo.

Investigadores y artículos – como por ejemplo: Medicine & Science in Sports & Exercise y American Journal of Epidemiology, Prof. Edgar Lopategui Corsino de Salud Med, Revista Archives of Internal Medicine, La Asociación Médica de Estados Unidos (AMA) y muchos otros más – demuestran que la acción de trabajar de pie en algunos periodos del total del tiempo de una sesión de trabajo no mejorará significativamente su condición física, tampoco logrará reemplazar el ejercicio físico para combatir la obesidad, ni logrará un notorio aumento muscular, por ejemplo, si no que demuestran lo nocivo que es pasar muchas horas al día sentado. Como lo indica, el doctor Rob Danoff, médico y miembro de la Asociación Estadounidense de Osteópatas (AOA, en inglés): «Uno se prepara, sentado, a morir»; por lo que hace un llamado a evitar “la muerte de escritorio”.

Asimismo, se tienen datos como que en Estados Unidos un 70% de los oficinistas pasan más de cinco horas al día sentados ante su escritorio, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, en inglés). Por su parte, los españoles pasan entre 8 y 10 horas acostados o sentados, según Francisco J. Amaro Gahete de la Universidad de Granada. En Chile, según el artículo “Actividad física, sedentarismo y salud metabólica” de Carlos Salas en el 2016, los chilenos han experimentado un cambio importante en sus estilos de vida durante las últimas tres décadas, lo que ha generado que actualmente un 19,8% de la población sea físicamente inactiva. Sumado a esto, un 35,9% de la población destina más de cuatro horas al día a estar sentado.

Todo esto lo podemos aterrizar diciendo que nos levantamos para sentarnos a desayunar, nos sentamos para trasladarnos a trabajar o ahora pasamos a sentarnos directamente a trabajar, nos sentamos para comer y finamente al término de la jornada nos sentamos para relajarnos del día de trabajo viendo TV o una buena película.

Podemos reforzar lo positivo del Standing Desk o ponerse de pie, mencionando algunas consideraciones que se encuentran en diferentes artículos y publicaciones:

  • Incluso cuando hagamos ejercicio regular, cuanto más tiempo sentados, más dolencias.
  • Sentarse atrofia la capacidad de nuestro cuerpo para producir lipasa, enzima que procesa grasa; mientras que permanecer de pie promueve su distribución entre la musculatura.
  • El ejercicio regular y un peso saludable no contrarrestan la mencionada nocividad de las actividades sedentarias.
  • El gasto energético para la posición de sentado es de 1,2 kilocalorías por minuto y para la posición de pie es de 1,32 kilocalorías por minuto.
  • Al estar de pie, la espalda no padece las consecuencias de una higiene postural desatendida o deficiente.
  • De pie aumenta la atención. Se evita, por ejemplo, la relajación excesiva o sensación de adormilamiento a primera hora del día, después de comer o al final de la jornada, cuando el cansancio hace presencia.
  • De pie el cuerpo logra un cansancio satisfactorio, a la par con el cansancio mental, lo que beneficia el descanso.
  • De pie se mantiene activa la tensión musculo tendinosa de las articulaciones.
  • El aumento de horas sentado, aumenta el factor de riesgo para la Diabetes Mellitus de Tipo II.
  • Existen hallazgos neurofisiológicos que revelan un aumento en la actividad del cerebro al estar de pie, en lugar de estar sentado.

“Ponerse de pie” durante algunos minutos durante la jornada de trabajo es sin duda, razón suficiente para sumar – y en ningún caso como para restar – con relación a nuestra salud y calidad de vida. Como se ha visto, desde hace mucho tiempo personajes conocidos de nuestro mundo, sin contar con investigaciones ni estudios que lo avalaran, ya lo practicaban. En nuestros tiempos, las grandes empresas que marcan la innovación y la creación como Google, Facebook y Twitter, ya tienen incorporada dentro de sus estándares de trabajo la invitación a “ponerse de pie”.

En las primeras instancias se puede alternar el ponerse de pie por sólo algunos minutos para volver a sentarse. También se puede utilizar los recursos existentes en nuestro entorno para poder elevar el computador, como libros, cuadernos, cajas de leche, bandejas de desayuno con patas, cojines, pisos etc. Incluso, optar por comprar algún escritorio o elevador de escritorio de la gran variedad de modelos y precios que existen en el mercado actual. Todo, para comenzar a “ponerse de pie” y así ocuparnos de nuestra salud.