Piedra de fuego, ejemplo de turismo sostenible

La Tierra, con su gran extensión y a la vez, con toda su complejidad, nos invita a vivir nuevas experiencias turísticas, de manera simple y divertida, disfrutando de la riqueza natural. A través de sus senderos más profundos y paisajes, estos lugares nos hacen sentir parte del planeta que nos toca cuidar como residentes y visitantes, implicándonos en su conservación.

Hace unos días, la Unesco ha designado a Kütralkura, ubicado en la región de la Araucanía, como uno de los geoparques mundiales, debido a que es un ejemplo de la diversidad geológica de nuestro planeta. Esta noticia es una gran alegría para toda la humanidad, considerando que nos abre las puertas a la diversidad de experiencias y conocimientos, siendo un territorio preparado para guiar e interpretar un viaje fascinante a través del tiempo geológico.

A través de volcanes activos, lagos de origen volcánico, historia geomorfológica que supera los 13.000 años, su cultura ancestral y  un maravilloso entorno natural, el entorno provoca un deseo ansioso de visitarlo. Es necesario tener la experiencia de conocerlo e impregnarse con los ejes de sustentabilidad que permitirán adquirir capacidad, como sociedad, de hacer un uso consciente y responsable de los recursos, sin agotarlos o exceder su capacidad de renovación, y sin comprometer el acceso a estos para las generaciones futuras.