Para que todo lo que se ha conseguido valga la pena en realidad.

Un día 19 de octubre hace casi ya dos años, nuestro país despertó, se movilizó, luchó y hasta podríamos decir que triunfó. Los cientos de miles de compatriotas que de manera pacífica marcharon por las calles, se organizaron y lograron obtener la apertura a un proceso de cambio: algo tan potente como cambiar la matriz de todo nuestro ordenamiento jurídico, nuestra Constitución Política. Ante la arrolladora victoria de la opción “Apruebo” y la altísima participación ciudadana en ese proceso eleccionario pocas veces visto en nuestro país, lograron ese giro “a la chilena” y en 180 grados, para lograr ese Chile que todos nosotros pretendemos: uno más justo, más eficaz y protector de los derechos de todos y cada uno.

Pero hay que poner atención en algo: estamos en un “proceso” constituyente, y cuando digo “proceso” no me estoy refiriendo sólo una pancarta, una marcha o sólo participar en una elección para aprobar o rechazar como ocurrió en octubre del año pasado. Un proceso implica entonces una serie concatenada de etapas y sólo hemos participado en las primeras y si lo que usted quiere es lograr que esos cambios por lo que luchó se hagan al fin una realidad o se acerquen a ella, debemos participar de todos los espacios, no sólo de los iniciales.

Nuestro proceso constituyente tiene por lo menos tres grandes episodios en los que se requiere que nuestra voz sea escuchada a través de nuestro derecho a sufragio: la primera ya está lista, la elección entre el “Apruebo” o “Rechazo” y la de Convención Mixta o Convención Constitucional; la segunda es ésta, la de este fin de semana: la elección de quiénes nos han de representar para redactar la nueva Carta Fundamental; y la tercera será al final, donde nos preguntarán nuevamente si el texto que salga de esa convención es el que queremos o no.

Si usted se puede dar cuenta son varias las estaciones en las que debemos detenernos, así como fue muy importante elegir si queríamos o no una nueva Constitución, también lo es, incluso muchísimo más, el elegir correctamente quiénes han de escribirla por nosotros. Lo contrario sería algo así como “lanzar la piedra y esconder la mano” máxime cuando fuimos nosotros quienes decidimos que además queríamos una convención constitucional y no una mixta, es decir, un grupo de representantes que fueran elegidos en un 100%  popularmente y no mezclado con la clase política que ya conocemos.

Punto aparte será otra elección de la que debemos participar informadamente también este fin de semana: la de Gobernador Regional, la de alcaldes y concejales. Ellos serán los encargados no de las decisiones macro sino del gobierno y la administración regional (el primero) y comunal (los segundos). Esas situaciones en específico que ocurren en nuestra región y en nuestra comuna deben ser resueltas por personas que ocupen estos cargos, nosotros también los debemos elegir este 15 y 16 de mayo. Por tanto, tenemos la oportunidad de ser consultados y de participar en decisiones que, como se puede ver, nos afectan en distintos niveles desde lo nacional a lo local.

Finalmente, estas líneas son para que usted y yo le tomemos el real peso a esto. Que de nada habrá servido el cambio sociológico que hemos causado con nuestras protestas válidas, con ese clamor de que el pueblo no ha sido escuchado, si ahora, que nos preguntan nos quedamos en casa. Entender que estamos en un proceso que nosotros pedimos, que lo conseguimos, pero, para que todo valga la pena debemos ir e involucrarnos en él, vamos a votar.