Nuevo campo de acción del Nutricionista
Los resultados del mapa nutricional 2016 de la JUNAEB muestran que más de la mitad de los niños de pre-kinder a primero básico presentan sobrepeso u obesidad. Ello nos obliga a re-evaluar cuándo, dónde y cómo estamos enfrentando los problemas de malnutrición por exceso. Se sabe que los niños incorporan la mayoría de los hábitos alimentarios de una comunidad antes de los 5 años de vida. Por lo tanto, debemos focalizar nuestros esfuerzos en identificar e intervenir los factores de riesgo nutricional (incluyendo aquellos del ámbito psico-socio-cultural), que están presentes en etapas tempranas del ciclo natural de una enfermedad como la obesidad.
La evidencia científica ha demostrado que el medio escolar, junto con el familiar, son los ámbitos educativos de mayor influencia en la adquisición de hábitos alimentarios y estilos de vida, que luego se van consolidando a lo largo de la infancia y de la adolescencia. En él confluyen tres audiencias relevantes para los programas de intervención en salud, alimentación y nutrición: pre-escolares/escolares, padres y apoderados y educadores. De esta manera, es posible influir directamente en el medio escolar e indirectamente en el medio familiar, ambos espacios idóneos para iniciar y consolidar la adhesión psicoafectiva a buenas prácticas alimentarias.
Lo anterior confirma la necesidad de pensar el espacio escolar como un nuevo campo de acción del nutricionista, que se vislumbra mucho más productivo para la promoción de salud y prevención de enfermedades crónicas asociadas a la obesidad.