La Libertad de Prensa es uno de los atributos más reconocidos de la democracia, consagrándose como el Cuarto Poder. Hoy, sin embargo, debe compartir, en verdaderas zonas traslapadas, con el desarrollo del Quinto Poder, también conocido como el “veto ciudadano”.

Mucha tinta y sangre ha corrido para que hoy celebremos la Libertad de Prensa y el ejercicio del Periodismo. Los regímenes no democráticos siempre han intentado coartarla, censurarla e incluso prohibirla. También bajo amenaza del crimen organizado, el terrorismo y otras formas de violencia.

A la sociedad le hace muy bien tener una prensa libre, de alta calidad profesional e independencia, que coadyuve a la formación e información de los ciudadanos.

En tiempos actuales de fake news, posverdades y viralizaciones a gran escala, de información de dudosa credibilidad, es cuando más se requiere de la solidez del trabajo profesional para combatir las verdaderas “shitstorm”, las cuales refieren al fenómeno comunicacional también conocido como “linchamiento digital”, que se produce en los medios online.

Por ello, la formación académica y valórica de los periodistas es un punto esencial, pues las posverdad y el mal trabajo periodístico, como lo señaló Faride Zerán, no se diferencian en nada.

Es de buen gusto citar la bella expresión de Voltaire “estoy en absoluto desacuerdo con tus ideas, sin embargo daría gustoso mi vida por defender tu derecho a defenderlas”, pero actualmente es muy difícil lograrlo. No obstante, basta que no nos sumemos a los “linchamientos digitales” y, mejor aún, que hagamos sentir nuestra voz con serenidad, pausa reflexiva y ganas de aportar.