Cambio para las ciencias sociales resulta un concepto muy fundamental, puede vivirse a nivel individual o de la comunidad, en cualquier caso, da cuenta del moverse de un estado a otro. A propósito de lo que estamos viviendo como país, muchos compartimos la sensación de estar en un borde, a momento de un cambio, necesario y fundamental.  Los cambios no son fáciles ni necesariamente bienvenidos, nos sacan de lo conocido, de lo que sabemos hacer.  Muchas veces nos duelen.  Sin embargo, si no cambiamos nos estancamos y morimos.  Por lo mismo, más que resistir el cambio resulta necesario conducirlo.

Hoy en Chile debemos hablar de malestar social, expresado en las diversas manifestaciones que hemos visto en estos días. Estas expresiones tan masivas son reflejo de un sentido cuestionamiento al status quo. Sin embargo, el sentido de ciudadanía no necesariamente se ve reflejado en estas manifestaciones. Mientras que, por una parte, resulta necesario reconocer el impacto de la vivencia de desigualdades, injusticia o inseguridad por parte de muchos chilenos. Por otra, no parece posible reconocer manifestaciones de ciudadanía en todas ellas. El concepto de ciudadanía nos habla de los derechos civiles y sociales de los sujetos que conforman una sociedad, de la construcción de un espacio colectivo en pos del bien común y que conlleva responsabilidades y desafíos para el logro de las metas que el colectivo se plantea como democracia, desarrollo, derechos, entre otros.

El desafío para los entes formadores hoy es justamente preparar a los ciudadanos que Chile necesita, capaces de implicarse en la construcción de una sociedad que reconozca el valor de las personas, que promueva el respecto, la tolerancia y la dignidad de los sujetos, la convivencia fraterna y la justicia social, una sociedad de la cual nos enorgullezcamos de ser parte.