Importancia de aprender primeros auxilios desde la infancia
Desde que nacemos, estamos expuestos a eventos que pueden causar lesiones o daños a nuestra salud. Comúnmente, somos los adultos quienes proveemos de la primera asistencia ante un accidente o evento, ejecutando acciones conocidas como primeros auxilios.
Existe un grupo etario, capaz de aprender algunas técnicas de primeros auxilios, y que son siempre de gran ayuda: los niños.
Los aprendizajes respecto a primeros auxilios desde la infancia, tiene dos esferas desde donde podemos analizarlas: desde el desarrollo, posibilita a los niños comprender la importancia de los cuidados propios y del otro en su contexto social, sentirse partícipes como agente de cuidado de la salud, y desde la protección de la salud, permitiendo la actuación rápida y efectiva frente a un accidente o crisis, prestando la ayuda necesaria, de acuerdo a su etapa del desarrollo.
Podemos recoger la experiencia de otros países en el mundo, donde la formación de ciudadanos con habilidades para brindar primeros auxilios desde la infancia se considera una estrategia fundamental para mejorar el pronóstico de las personas que sufran accidentes, lesiones y hasta un paro cardiorrespiratorio. Lo anterior, guarda relación con la reconocida capacidad de aprendizaje de los escolares y el sentimiento de responsabilidad en edades tempranas, hace que el entorno escolar se considere un lugar idóneo para la enseñanza de primeros auxilios y que este se convierta en un aprendizaje cotidiano como muchos otros.
Se ha demostrado que implementar estos aprendizajes en etapas escolares y también reforzar las habilidades en los docentes, ha significado un aumento de la supervivencia de las víctimas y la disminución de complicaciones o secuelas tras un evento.
En una primera nivel etapa, en niños entre 4 y 6 años, tiene buen impacto en el aprendizaje de temas básicos como prevención de accidentes caseros y algunos tratamientos de estos (limpiar y cubrir lesiones), conocimiento de números de emergencia (131-132-133) y transmitir información, evaluación de estado de conciencia, respiración y posición de seguridad. En niños de 9 años en adelante, es posible entrenarlos en técnicas de reanimación pulmonar básica (RCP) que se ha mostrado efectiva en niños de esta edad, ya que son capaces de aprenderla y ejecutarla, entre otras técnicas de primeros auxilios. En un tercer nivel de formación, los niños de 12 a 14 años ya son capaces de realizar compresiones torácicas para RCP de buena calidad similar a la de un adulto, así como de proveer de técnicas de liberación de cuerpo extraño.
En resumen, los niños y niñas en edad escolar cumplen un rol importante, ya que por un lado, los accidentes domésticos y de baja complejidad podrían ser atendidos de forma inmediata por ellos y por otra parte, esta formación los motivaría a transferir este aprendizaje y habilidades a sus familiares.